Valentina y el secreto de su piel dorada
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Arcoiris, una niña curiosa y alegre llamada Valentina. Valentina tenía la piel de un color muy especial, era de un tono dorado brillante que resplandecía bajo el sol.
Un día, mientras jugaba con sus amigos en el parque, Valentina notó que todos tenían la piel de diferentes colores: unos eran blancos como la nieve, otros negros como el carbón, algunos morenos como la tierra y otros amarillos como el sol.
Intrigada por las diferencias entre ellos, se acercó a su mamá y le preguntó:"Mamá, ¿por qué mi piel es de este color tan especial?"La mamá de Valentina sonrió con ternura y la tomó de la mano para sentarse en un banco del parque.
Respiró profundamente antes de comenzar a contarle una historia mágica:"Hace mucho tiempo, en este mismo pueblo de Arcoiris, vivía una hada madrina muy sabia y bondadosa.
Ella se encargaba de pintar los colores en cada ser humano que nacía en el mundo. Un día, cuando te tocaba a ti nacer, esa hada decidió mezclar todos los colores del arcoíris para crear uno nuevo y único que representara lo especial y maravillosa que eres.
"Valentina escuchaba atentamente cada palabra de su mamá con los ojos llenos de asombro. Nunca había imaginado que detrás de su color de piel hubiera una historia tan increíble. "Así que tu piel dorada es un regalo del hada madrina para ti, Valentina.
Es un recordatorio de lo valiosa y única que eres, diferente a todos pero igualmente hermosa. "Valentina abrazó fuertemente a su mamá emocionada por saber la razón detrás de su color de piel tan especial.
Corrió hacia sus amigos para compartirles la maravillosa historia que acababa de escuchar. Desde ese día en adelante, Valentina no solo se sintió orgullosa sino también feliz con su color dorado brillante.
Comprendió que la diversidad es lo que hace al mundo un lugar hermoso y lleno magia. Y así fue como Valentina aprendió a valorar su singularidad y apreciar las diferencias entre las personas sin juzgarlas por su apariencia externa.
Porque al final del día, lo importante no es cómo nos vemos por fuera sino quiénes somos por dentro. Y colorín colorado... esta historia ha terminado pero nunca olvides: ¡tú también eres único(a) y especial tal como eres!
FIN.