Valentina y la luz de la memoria
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Memoria, donde todos los habitantes vivían felices y en armonía.
En este lugar tan especial, cada 24 de marzo se celebraba el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, en honor a aquellos que habían luchado por un mundo mejor. En Memoria, los niños y niñas aprendían desde pequeños sobre la importancia de recordar el pasado para construir un futuro más justo.
Todos los años, las calles se llenaban de colores y alegría para conmemorar a quienes habían dado su vida por defender los derechos de todos. Un día, llegó al pueblo una niña llamada Valentina.
Ella era curiosa e inquieta, y le encantaba hacer preguntas a todo el mundo. Al enterarse del significado del 24 de marzo, decidió investigar más sobre esa fecha tan importante.
Valentina se acercó a Doña Rosa, la anciana más sabia del pueblo, y le preguntó: "- ¿Por qué es tan importante recordar el 24 de marzo?". Doña Rosa sonrió con ternura y le contó a Valentina la historia detrás de esa fecha.
Le habló sobre las personas valientes que habían luchado contra la injusticia y cómo su memoria seguía viva en cada rincón del pueblo. Impresionada por lo que escuchaba, Valentina decidió que quería hacer algo especial para honrar a aquellos héroes.
Con la ayuda de sus amigos, planearon una obra de teatro en la plaza principal para contar la historia de aquellos tiempos difíciles y cómo el amor y la solidaridad habían triunfado sobre el miedo. El día 24 de marzo amaneció radiante en Memoria.
Los habitantes se reunieron en la plaza con emoción para ver la obra preparada por Valentina y sus amigos.
La pequeña protagonista subió al escenario con orgullo y comenzó a narrar con voz clara:"- Había una vez un pueblo donde reinaba la injusticia, pero gracias al coraje y sacrificio de algunas personas valientes... "De repente, un grupo de sombras apareció entre el público. Eran personajes oscuros que representaban a quienes habían intentado silenciar la verdad en tiempos pasados.
Valentina sintió miedo al principio, pero recordando las palabras de Doña Rosa sobre no tenerle temor a la oscuridad cuando se está rodeado de luz, siguió adelante con determinación. Con cada palabra pronunciada por Valentina, las sombras iban desvaneciéndose poco a poco hasta desaparecer por completo.
El sol brillaba intensamente sobre el escenario mientras ella concluía su relato:"- Y así fue como en nuestro querido pueblo prevaleció finalmente la verdad y la justicia". Los habitantes estallaron en aplausos y lágrimas al presenciar aquella emotiva representación.
Valentina comprendió entonces el verdadero significado del 24 de marzo: nunca olvidar lo ocurrido para asegurarse de que nunca más vuelva a repetirse.
Desde ese día, cada año en Memoria se celebra con aún más fuerza el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y Justicia gracias al valiente corazón de una niña llamada Valentina, quien supo iluminar incluso los rincones más oscuros con su luz interior.
Y colorín colorado este cuento maravilloso sobre el 24 de marzo ha terminado; pero recuerda siempre: ¡la memoria nos hace libres!
FIN.