Valentina y la valentía de la amistad



Había una vez en un colegio muy colorido y alegre, una niña llamada Sofía. Sofía era pelirroja, con pecas en la nariz y ojos verdes brillantes que iluminaban su rostro.

Pero a pesar de su belleza, había algo que entristecía a Sofía: sus compañeros de clase le hacían bullying por ser diferente. Un día, durante el recreo, Sofía se sentó sola en un rincón del patio mientras veía a los demás niños jugar y reír juntos.

De repente, se acercó Tomás, uno de los chicos más populares de la clase, junto con sus amigos Lucas y Martina. "¡Miren quién está aquí! La pelirroja fea", dijo Tomás con una risa burlona.

Sofía bajó la mirada sintiéndose triste y avergonzada. Los demás niños empezaron a reírse también, haciendo que el corazón de Sofía se llenara de dolor. Pero justo en ese momento, llegó Valentina, una niña nueva en el colegio que había observado toda la escena desde lejos.

Valentina no podía creer cómo estaban tratando a Sofía y decidió intervenir. "¿Qué les pasa? ¿Por qué se burlan de ella? Todos somos diferentes y eso nos hace únicos.

No está bien hacerle daño a alguien solo por ser distinto", dijo Valentina con voz firme. Los niños se quedaron sorprendidos por las palabras de Valentina. Nunca habían pensado en ello de esa manera.

Tomás y sus amigos comenzaron a sentirse incómodos por lo que habían hecho y decidieron disculparse con Sofía. "Lo siento mucho por haber sido tan malos contigo, Sofía. No volverá a pasar", dijo Tomás arrepentido. Sofía levantó la mirada lentamente y vio la sinceridad en los ojos de Tomás.

Poco a poco, una sonrisa tímida apareció en su rostro mientras asentía con gratitud. A partir de ese día, todo cambió para Sofía en el colegio.

Los niños aprendieron a valorarla tal como era, apreciando su singularidad y compartiendo momentos divertidos juntos sin importar las diferencias. Y así, gracias a la valentía y empatía de Valentina, Sofía comprendió que no estaba sola y que siempre habría personas dispuestas a defenderla y apoyarla cuando más lo necesitara.

Juntos descubrieron el poder transformador del respeto mutuo y la aceptación incondicional hacia los demás.

FIN.

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