Valentina y los amigos monstruosos



Había una vez en un lejano reino, dos monstruos llamados Trasto y animal. A pesar de su aspecto aterrador, eran criaturas amigables que solo querían hacer amigos y divertirse.

Un día, la princesa Valentina decidió explorar el bosque encantado que rodeaba el castillo. Mientras caminaba entre los árboles, se encontró con Trasto y animal. Al principio tuvo miedo, pero pronto se dio cuenta de que los monstruos no tenían intenciones malvadas.

-¡Hola! Soy Trasto -dijo el primero, con una sonrisa en su rostro lleno de colmillos afilados. - Y yo soy animal -agregó el segundo, moviendo sus enormes garras peludas en señal de saludo. La princesa Valentina sintió curiosidad por aquellos seres tan diferentes a ella.

Decidió conversar con ellos y descubrió que compartían muchos gustos en común como la música, los juegos y las historias fantásticas. Los días pasaron y la amistad entre la princesa y los monstruos creció cada vez más fuerte.

Juntos exploraban el bosque, construían cabañas en los árboles y organizaban divertidas fiestas para todos los habitantes del reino. Sin embargo, no todo era felicidad en el reino.

Un dragón malvado llamado Fuego Negro había estado aterrorizando a los aldeanos y exigiendo tributos al rey para no destruir sus cosechas. La princesa Valentina sabía que algo tenía que hacerse para detener al dragón y proteger a su gente.

Con la ayuda de Trasto y animal, idearon un plan para enfrentarse al temible Fuego Negro. El día del enfrentamiento llegó. El dragón apareció rugiendo con llamas saliendo de su boca mientras Trasto, animal y la princesa lo esperaban valientemente armados con ingenio y coraje.

-¡Fuego Negro! ¡Tu reinado de terror ha llegado a su fin! -gritó Valentina con determinación.

El dragón lanzó llamaradas hacia ellos, pero Trasto logró distraerlo mientras animal trepaba por su espalda hasta llegar a su punto débil: una pequeña escama en el cuello que lo hacía invulnerable. Con un rápido movimiento, animal logró arrancar la escama haciendo que el dragón rugiera de dolor y se retirara volando lejos del reino para nunca más volver.

Los habitantes del reino celebraron a sus valientes héroes: la princesa Valentina, Trasto y animal. Desde ese día, los monstruos fueron vistos con nuevos ojos por todos en el reino como amigos leales dispuestos a protegerlos siempre que fuera necesario.

Y así demostraron que las apariencias pueden engañar y que la verdadera amistad puede superar cualquier diferencia o desafío que se presente en el camino.

FIN.

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