Valentina y sus amigos alados
Había una vez una niña llamada Valentina que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Valentina era una niña muy alegre y curiosa, siempre buscaba nuevas aventuras y cosas interesantes para hacer.
Un día, Valentina se despertó muy temprano y se dio cuenta de que el colegio estaba cerrado por mantenimiento. Al ver esto, la pequeña decidió aprovechar el día explorando el frío colegio.
Valentina caminó por los pasillos del colegio, sintiendo cómo sus pisadas resonaban en las paredes vacías. Mientras exploraba, encontró una puerta entreabierta que daba hacia un patio trasero cubierto de nieve. Sin pensarlo dos veces, decidió aventurarse afuera.
Cuando salió al patio trasero, notó que había un grupo de pájaros reunidos cerca de un árbol.
Se acercó con cautela y les habló: "Hola pajaritos, ¿qué están haciendo aquí tan temprano?" Los pajaritos miraron a Valentina con curiosidad y uno de ellos respondió: "Estamos esperando a que llegue nuestra amiga Mariposa para jugar". Valentina sonrió emocionada y les preguntó dónde podían encontrar a la mariposa. Los pajaritos le indicaron el camino hacia un jardín cercano lleno de flores coloridas.
Cuando llegaron al jardín, vieron a la mariposa volar grácilmente entre las flores. Valentina corrió hacia ella pero la mariposa parecía asustada y volaba cada vez más alto. "¡Espera! No te haremos daño", gritó Valentina. La mariposa se detuvo en el aire y volvió hacia ella.
"¿Por qué estás tan asustada?", preguntó Valentina con curiosidad. La mariposa explicó que siempre había soñado con jugar con los pajaritos, pero cada vez que lo intentaba, ellos la ignoraban o se alejaban de ella.
Esto la hacía sentir muy triste y sola. Valentina sintió mucha empatía por la mariposa y decidió hacer algo para ayudarla.
Se acercó a los pajaritos y les dijo: "Chicos, entiendo que tengan miedo de la mariposa, pero ¿no creen que todos merecemos una oportunidad? Tal vez si le dan una oportunidad, podrían ser amigos". Los pajaritos se miraron entre ellos y luego miraron a la mariposa.
Después de unos momentos de silencio, uno de los pajaritos habló: "Tienes razón Valentina, todos merecemos una oportunidad". Los demás asintieron en acuerdo. Valentina sonrió felizmente al ver cómo los pajaritos y la mariposa comenzaban a jugar juntos en el jardín.
A partir de ese día, formaron un hermoso grupo de amigos que exploraba el colegio frío mientras merendaban deliciosas galletitas bajo el sol. La historia de Valentina enseña a los niños sobre la importancia de darle una oportunidad a las personas diferentes y superar nuestros miedos para poder hacer nuevos amigos.
También nos muestra cómo nuestra valentía puede ayudar a otros a encontrar su felicidad.
Desde aquel día en adelante, Valentina nunca dejó pasar una oportunidad para conocer nuevas personas y hacer nuevos amigos, siempre recordando que cada uno de nosotros merece una oportunidad para brillar. Y así, Valentina continuó viviendo aventuras emocionantes mientras aprendía valiosas lecciones de vida.
FIN.