Valeria y El Parque de los Sueños
Era un día soleado en la ciudad de Mar del Plata, y Valeria Trigo Campo, una niña curiosa y llena de energía, decidió que era el momento perfecto para explorar el Parque de los Sueños. Este parque, según contaban, tenía una mágica atracción: cada vez que un niño soñaba con algo con mucha fuerza, el parque hacía que esos sueños se volvieran realidad, aunque solo por un día.
Valeria llegó al parque con su perrito Tito. "¡Vamos, Tito! ¡Hoy vamos a vivir aventuras!"- exclamó mientras corría hacia la entrada.
Cuando cruzó la puerta del parque, Valeria se encontró con un paisaje deslumbrante: flores de todos los colores, árboles que hablaban entre sí y un camino de piedras brillantes. De repente, escuchó una voz suave que provenía de un arbusto cercano.
"Hola, Valeria. Soy Chispa, el hada de los sueños. ¿Estás lista para una aventura?"- dijo un pequeño hada que la miraba con una sonrisa.
"¡Sí!"- respondió Valeria emocionada. "¿Qué debemos hacer?"-
"Primero, necesitas soñar fuerte y claro. ¿Qué deseas más en el mundo?"- preguntó Chispa con curiosidad.
Valeria pensó en lo que más anhelaba. "Quiero ser una gran exploradora y descubrir tesoros escondidos en lugares lejanos."-
"Perfecto, ¡haremos que tu sueño se haga realidad!"- dijo Chispa y agitó su varita mágica.
De repente, una brújula dorada apareció ante Valeria. "Esta brújula te llevará a los lugares más asombrosos del parque. Pero recuerda, no siempre encontrar lo que buscas es lo más importante. A veces, la verdadera aventura está en el camino."-
Valeria asintió, y con Tito a su lado, siguió la brújula que giraba y giraba. Caminaron por senderos llenos de árboles que hablaban y flores que cantaban. Pero de pronto, se encontraron con un pequeño problema. Una familia de patitos se había perdido y no sabían cómo volver a su estanque.
"¡Necesitamos ayudar a los patitos!"- dijo Valeria.
"¿Pero cómo?"- preguntó Tito, moviendo la cola.
"Vamos a usar la brújula. Debe de tener un camino que nos lleve a su hogar."- dijo Valeria con seguridad.
Siguiendo las instrucciones de la brújula, Valeria y Tito guiaron a los patitos. Pasaron por un campo de flores que se inclinaban para saludarlos y un río de chocolate que chisporroteaba con risitas. Finalmente, llegaron al estanque.
"¡Miren, ahí está su hogar!"- gritó Valeria, saltando de alegría. "¡Están a salvo!"-
Los patitos estaban muy felices. "¡Gracias, Valeria!"- dijeron al unísono. "Eres una verdadera heroína."-
Valeria se sonrojó, pero Chispa le recordó: "Recuerda, ayudar a los demás es uno de los mayores tesoros de la vida. Ahora, sigue tu aventura y busca tus propios sueños."-
Con esa misión en mente, Valeria continuó hacia el siguiente destino que le marcó la brújula. Mientras avanzaban, Tito comenzó a ladrar emocionado. "¡Mira, un arcoíris!"- exclamó.
Valeria sonrió, maravillada por la belleza del arcoíris que se extendía en el cielo. "¿Quieres correr hacia él?"- le preguntó a Tito.
A medida que corrían hacia el arcoíris, Valeria notó un brillante cofre al pie de un árbol.
"¡Mira, Tito! Un tesoro... ¿Lo abrimos?"- preguntó Valeria.
"¡Sí!"- ladró Tito, moviendo su cola.
Valeria abrió el cofre y encontró un cuaderno y lápices de colores.
"¿Esto es el tesoro?"- preguntó confundida.
Chispa sonrió. "Sí, Valeria. A veces el mejor tesoro no son joyas o riquezas, sino las herramientas que te ayudarán a seguir tus sueños. Escribe todas tus aventuras, dibuja lo que veas y nunca dejes de soñar."-
Valeria comprendió y sonrió. Pasó el resto del día recorriendo el parque, ayudando a otros en su camino y plasmando cada aventura en su cuaderno. Aprendió la importancia de ayudar, hacer amigos y disfrutar de los pequeños momentos.
Cuando el sol comenzó a ponerse, Chispa se acercó a Valeria. "Es hora de regresar a casa. Pero no te preocupes, siempre que lleves tu cuaderno contigo, tus aventuras nunca terminarán."-
"¡Gracias, Chispa!"- dijo Valeria. "Nunca olvidaré este día. ¡Prometo escribir mis sueños y ayudar a otros a cumplir los suyos también!"-
Con Tito a su lado y su cuaderno bajo el brazo, Valeria dejó el Parque de los Sueños, lista para seguir explorando el mundo y compartiendo la magia que había encontrado. Y así, cada día se convirtió en una nueva aventura, donde cada rincón tenía un secreto encantador y un sueño esperando ser realizado.
FIN.