Valeria y el sueño de la Llorona



Había una vez una niña llamada Valeria. Era una niña muy buena y siempre trataba de ayudar a los demás. Un día, Valeria tuvo un sueño muy extraño que la asustó mucho.

En su sueño, Valeria se encontraba caminando por un oscuro bosque cuando de repente escuchó un llanto desgarrador. Asustada, empezó a correr pero el llanto parecía perseguirla. Valeria miraba hacia atrás y veía a una figura sombría que parecía ser la famosa Llorona.

Valeria sentía cómo su corazón latía rápidamente y el miedo se apoderaba de ella.

Pero en ese momento, recordó algo importante: si estaba soñando, ¡podría cambiar lo que estaba sucediendo! Decidió enfrentar sus miedos y descubrir qué había detrás de esa figura tenebrosa. Se detuvo frente a la Llorona y le dijo valientemente: "¿Quién eres? ¿Por qué me persigues?" La Llorona dejó de llorar y miró sorprendida a Valeria.

"-Soy solo un personaje de tu sueño", respondió con voz temblorosa. Valeria se dio cuenta de que no tenía nada que temer. La Llorona era simplemente producto de su imaginación mientras dormía. "-¿Entonces no vas a lastimarme?", preguntó Valeria con curiosidad.

La Llorona negó con la cabeza y explicó: "-No soy real, solo estás teniendo una pesadilla". Valeria sintió alivio al saber eso y decidió aprovechar esta oportunidad para aprender algo. "-¿Por qué estás triste? ¿Por qué lloras?", preguntó Valeria con compasión.

La Llorona suspiró y respondió: "-Lloro porque hay cosas que me asustan, como estar sola en la oscuridad". Valeria comprendió que todos tenemos miedos y preocupaciones, incluso en nuestros sueños.

Pero también se dio cuenta de que podía enfrentar esos miedos y superarlos. "-No debes dejar que tus miedos te controlen", aconsejó Valeria amablemente. "-Siempre puedes buscar ayuda y enfrentar tus temores de frente". La Llorona sonrió débilmente y agradeció las palabras de Valeria.

En ese momento, el sueño comenzó a desvanecerse y Valeria despertó en su cama. Miró a su alrededor y se dio cuenta de que todo había sido solo un sueño. Se sintió aliviada pero también inspirada por lo que había aprendido.

Desde aquel día, Valeria decidió ser valiente en todos los aspectos de su vida. Aprendió a enfrentar sus miedos con determinación y siempre buscaba ayudar a los demás cuando veía que tenían problemas similares.

Valeria entendió que los sueños pueden ser una forma de enseñanza para nosotros mismos. Nos muestran nuestros miedos más profundos pero también nos dan la oportunidad de superarlos.

Y así, Valeria siguió creciendo como una niña valiente y compasiva, siempre dispuesta a enfrentarse a sus pesadillas para convertirlas en lecciones positivas para ella misma y para los demás.

FIN.

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