Valiente junto a mamá



Había una vez en un tranquilo barrio de Buenos Aires una niña llamada Allison. Ella era alegre, creativa y siempre tenía una sonrisa en el rostro.

Sin embargo, había algo que la entristecía profundamente: Allison sufría de acoso por parte de unas niñas en su escuela. Todos los días, al llegar al colegio, Allison se encontraba con burlas y comentarios hirientes que le hacían sentirse triste y sola.

A pesar de que intentaba ignorarlos, las palabras crueles la seguían a todas partes como una sombra oscura. Un día, después de mucho tiempo de notar el cambio en la actitud de Allison, su mamá decidió hablar con ella para saber qué estaba pasando.

Sentadas en el jardín de su casa, bajo la sombra de un árbol frondoso, la mamá miró a los ojos de Allison y le preguntó con ternura:- ¿Qué te pasa, mi amor? He notado que no estás tan feliz como solías ser.

Allison dudó por un momento, pero finalmente decidió abrir su corazón a su mamá. Con lágrimas en los ojos, le contó sobre las burlas y el acoso que vivía en la escuela.

La mamá escuchó atentamente cada palabra y sintió cómo se encendía una llama dentro de ella. Decidida a ayudar a su hija, la mamá abrazó fuertemente a Allison y le dijo con determinación:- No estás sola en esto, cariño.

Juntas encontraremos una solución para detener ese comportamiento tan cruel. Esa misma tarde, la mamá se reunió con la directora del colegio para exponerle lo que estaba ocurriendo.

La directora tomó cartas en el asunto de inmediato y organizó charlas sobre respeto y tolerancia para todos los estudiantes. Poco a poco, las niñas que acosaban a Allison comenzaron a darse cuenta del daño que estaban causando y se disculparon sinceramente con ella. La atmósfera en la escuela cambió completamente y Allison volvió a sonreír con alegría.

Desde ese día, Allison comprendió que no tenía por qué enfrentar sus problemas sola y que siempre podía confiar en el amor incondicional de su familia.

El apoyo de su mamá fue fundamental para superar esa difícil situación y juntas fortalecieron aún más su vínculo especial.

Y así, entre risas y abrazos bajo el sol argentino, Allison aprendió una valiosa lección: nunca hay que tener miedo de pedir ayuda cuando las cosas se ponen difíciles; siempre habrá alguien dispuesto a tender una mano amiga. Y colorín colorado este cuento ha terminado... ¡por ahora!

FIN.

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