Valiente Martina



Había una vez una enfermera llamada Martina que trabajaba en un hospital muy especial. En este lugar, los pacientes eran niños y niñas que estaban enfermos pero siempre tenían una sonrisa en el rostro.

Martina amaba su trabajo y se preocupaba mucho por sus pequeños pacientes. Siempre estaba dispuesta a ayudarlos y hacerles sentir mejor.

Pero había algo muy peculiar en ella: tenía la habilidad de entender lo que los niños querían decir, incluso cuando no podían hablar. Un día, llegó al hospital un nuevo paciente llamado Tomás. Era un niño tímido con miedo a estar en el hospital. Tenía una enfermedad rara que le impedía moverse y hablar como los demás niños.

Martina se acercó a él con una gran sonrisa y dijo: "¡Hola Tomás! Soy Martina, tu nueva amiga". El niño la miró con asombro y trató de responder, pero solo salieron balbuceos ininteligibles.

Sin embargo, Martina entendió perfectamente lo que Tomás quería decir. Sabía que estaba asustado y se sentía extraño en ese lugar desconocido. Decidió tomarlo bajo su cuidado especial para ayudarlo a superar sus miedos.

Los días pasaron y Martina trabajaba incansablemente para hacerle compañía a Tomás mientras recibía su tratamiento médico. Juntos jugaban juegos divertidos, hacían manualidades e incluso tenían sesiones de cuentacuentos donde Martina inventaba historias fantásticas.

Poco a poco, Tomás comenzó a sentirse más cómodo en el hospital gracias al amoroso apoyo de Martina. Aunque aún no podía hablar claramente, encontró otras formas de comunicarse. Aprendió a usar señas y expresiones faciales para contarle a Martina cómo se sentía.

Un día, mientras Martina estaba cuidando a Tomás, escucharon un ruido extraño proveniente de una habitación cercana. Ambos se miraron y decidieron investigar qué sucedía. Al entrar en la habitación, descubrieron que uno de los juguetes de los niños había caído detrás del mueble y no podían alcanzarlo.

Sin pensarlo dos veces, Martina tomó una escalera y subió hasta el mueble para rescatar el juguete perdido. En ese momento, todos los demás enfermos comenzaron a aplaudir emocionados.

Habían estado observando cómo Martina ayudaba a Tomás y estaban encantados con su valentía y determinación. Desde ese día, todos los niños del hospital consideraron a Martina su heroína. La llamaban "La Enfermera Valiente" porque siempre estaba dispuesta a hacer cualquier cosa para hacerlos sentir mejor.

Martina siguió trabajando en el hospital durante muchos años, brindando amor y cuidado a cada niño que pasaba por allí. Su dedicación inspiró a otros profesionales de la salud a seguir su ejemplo y tratar siempre con ternura y comprensión a sus pequeños pacientes.

Y así fue como la historia de "La Enfermera Valiente" se convirtió en leyenda en aquel hospital donde los amigos trabajaban juntos para curar las enfermedades pero sobre todo para llenar de alegría la vida de esos valientes niños enfermos.

FIN.

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