Valientes en el Jardín de Niños


Había una vez un grupo de niños muy traviesos que asistían al Jardín de Niños "Rayito de Sol".

Todos los días, después del recreo, la maestra se iba y los dejaba solos en el salón mientras ella atendía algunas tareas administrativas. Pero había algo que les causaba mucho miedo: quedarse solos en el jardín de infantes.

Un día, luego del recreo, la maestra anunció que tenía una reunión importante y les dijo a los niños: "Hoy me tengo que ir por un rato largo. No quiero encontrar ningún desorden cuando regrese. Confío en ustedes para cuidar el salón y comportarse bien". Los niños comenzaron a murmurar entre ellos y sus caritas se llenaron de preocupación.

Martina, la niña más valiente del grupo, decidió tomar la palabra: "¡No hay problema! Nosotros podemos cuidar el salón sin ningún inconveniente".

Sin embargo, cuando la maestra se fue y cerró la puerta detrás de ella, los corazones de todos empezaron a latir rápidamente. El silencio era abrumador y cada sombra parecía esconder algún monstruo imaginario. De repente, sonó un ruido extraño proveniente del jardín.

Los niños saltaron asustados y comenzaron a imaginar todo tipo de criaturas espeluznantes acechando afuera. Lucas exclamó con voz temblorosa: "-¿Qué fue eso? ¡Tengo miedo!"Martina trató de mantenerse fuerte e inspirar confianza en sus amigos: "-No te preocupes Lucas, seguramente solo fue el viento moviendo las ramas de los árboles.

No hay nada que temer". Pero el miedo se apoderó de todos y decidieron ir juntos a investigar qué estaba sucediendo en el jardín. Con valentía, abrieron la puerta y salieron cautelosamente.

Lo que encontraron fue una sorpresa maravillosa: un pequeño gatito negro se había quedado atrapado en un árbol. Estaba asustado y maullando desesperadamente pidiendo ayuda. Los niños, olvidándose por completo de su miedo, trabajaron en equipo para rescatar al gatito.

Martina trepó al árbol con cuidado y lo tomó entre sus brazos mientras los demás le daban instrucciones desde abajo. Una vez que el gatito estuvo a salvo, lo llevaron al interior del salón donde lo alimentaron y le dieron agua.

El gato ronroneaba felizmente mientras los niños jugaban con él. Martina sonrió orgullosamente y dijo: "-¿Ven? A veces, cuando enfrentamos nuestros miedos, podemos descubrir cosas hermosas".

Desde ese día, los niños ya no tenían miedo de quedarse solos en el Jardín de Niños "Rayito de Sol". Aprendieron que trabajar juntos les daba fuerza y valentía para superar cualquier obstáculo.

Y así, cada vez que la maestra tenía una reunión importante o debía ausentarse por un rato largo, los niños aprovechaban para jugar con el gatito rescatado y recordar la importancia de enfrentar sus temores juntos.

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