Valientes en la Gran Ciudad
Había una vez dos hermanitos, Tomás de 10 años y Sofía de 5, que estaban de vacaciones en Nueva York con sus padres. La Gran Manzana les parecía enorme y llena de aventuras por descubrir.
Un día, mientras paseaban por Times Square, Tomás se distrajo mirando los enormes carteles luminosos y cuando quiso darse cuenta, Sofía ya no estaba a su lado.
- ¡Sofía! ¡Sofía! -gritaba Tomás entre la multitud, pero su pequeña hermana no aparecía por ningún lado. Tomás sintió un nudo en la garganta y lágrimas en los ojos. Se acercó a un policía y le explicó lo que había pasado. El oficial tranquilizó a Tomás diciéndole que iban a encontrar a Sofía juntos.
Comenzaron a buscar por todos lados: calles, tiendas, parques... Pero no lograban dar con el paradero de la niña. Mientras tanto, los padres de Tomás y Sofía estaban desesperados buscándolos sin descanso.
Finalmente, después de horas interminables buscando, el policía vio a una niña llorando junto al puesto de helados. ¡Era Sofía! - ¡Sofía! ¡Estás bien! -exclamó Tomás corriendo hacia ella y abrazándola fuerte. - Hermanito... me perdí -dijo Sofía entre sollozos.
El policía llamó a los padres para informarles que habían encontrado a los niños sanos y salvos. Todos se reunieron en el aeropuerto al finalizar sus vacaciones.
- ¡Mis queridos hijos! ¡Estamos tan felices de verte bien! -dijo la mamá abrazando fuerte a Tomás y Sofiá. - Perdón mamá, papá... nos perdimos -se disculpó Tomás avergonzado. Los padres abrazaron a sus hijos con amor y alivio.
Les explicaron lo importante que es mantenerse juntos en lugares desconocidos y seguir las indicaciones para evitar perderse. Tomás aprendió la importancia de cuidar siempre de su hermana menor y estar atento cuando están fuera de casa. Y Sofiá comprendió lo vital que es no alejarse sin avisar en lugares concurridos.
Así terminaron unas vacaciones inolvidables en Nueva York, con una lección aprendida: la familia siempre debe permanecer unida para enfrentar cualquier situación juntos.
FIN.