Varados en el mar



Rogério estaba emocionado por su primera aventura en el mar. Había soñado con esto desde que era un niño. Pero de repente, algo extraño comenzó a suceder.

El motor del navío dejó de funcionar y todo se volvió oscuro y silencioso. - ¿Qué está pasando? -preguntó Rogério preocupado. El capitán del navío explicó que habían tenido una falla técnica y que necesitaban arreglar el motor para volver a navegar.

Mientras tanto, estarían varados en medio del océano hasta que pudieran solucionar el problema. Rogério estaba asustado. No sabía qué hacer o cómo iban a salir de esa situación.

Pero entonces recordó lo que le había enseñado su abuelo: "Nunca pierdas la esperanza, incluso cuando las cosas parezcan difíciles". Así que decidió ponerse manos a la obra y ayudar al equipo del navío en todo lo posible.

Ayudaba a reagarrar agua potable, pescaba algunos peces para comer y hacía turnos con los demás tripulantes para vigilar la costa en busca de ayuda. Un día mientras todos estaban sentados en cubierta discutiendo planes para sobrevivir hasta ser rescatados, Rogério notó algo extraño en el horizonte. - ¡Miren! -exclamó apuntando hacia adelante-.

¿Eso no es un barco? Todos miraron hacia donde señalaba Rogério y efectivamente vieron una pequeña embarcación acercándose cada vez más rápido. -¡Si es un barco! ¡Estamos salvados! -gritaron los tripulantes emocionados.

Finalmente, después de varios días varados en el mar, una tripulación amable se acercó y les ofreció ayuda. Pudieron arreglar el motor del navío y continuar su viaje. - ¡Lo hicimos! -dijo Rogério emocionado-. Nunca perdimos la esperanza y trabajamos juntos para salir adelante.

El resto del viaje fue más fácil con la ayuda de los nuevos amigos que habían conocido. Y Rogério aprendió una valiosa lección: nunca pierdas la esperanza, incluso cuando las cosas parezcan difíciles.

FIN.

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