Varitas mágicas de amor y bondad



Había una vez, en un lejano reino oriental, tres Reinas Magas muy especiales. Sus nombres eran Carmela, Marta y Sofía. Estas valientes mujeres tenían el poder de hacer felices a las personas con sus regalos mágicos.

Cada año, en la víspera del día más especial para los niños del reino, las Reinas Magas salían en su carroza dorada llena de juguetes y golosinas.

Recorrían todos los pueblos y ciudades llevando alegría y sonrisas a cada niño que encontraban en su camino. Un año, mientras se preparaban para su viaje anual, descubrieron que habían perdido todas sus varitas mágicas. Sin ellas, no podrían cumplir con su misión de hacer felices a los niños.

Las reinas buscaron por todos lados sin éxito alguno. Desesperadas por encontrar una solución antes de la noche mágica, decidieron visitar al sabio anciano del pueblo. El anciano era conocido por tener respuestas para todo.

"Sabio anciano", dijo Sofía con voz temblorosa," hemos perdido nuestras varitas mágicas y no podemos llevar alegría a los niños esta noche". El sabio anciano pensó durante un momento y luego sonrió. "No se preocupen", dijo tranquilamente,"Tengo algo mejor que unas varitas mágicas".

Las Reinas Magas miraron al sabio anciano con curiosidad e incertidumbre.

"Lo que necesitan es algo aún más especial: la magia del amor y la bondad", continuó el anciano,"Si brindan amor y bondad a todos los niños que encuentren, la magia sucederá por sí sola". Carmela, Marta y Sofía se miraron entre sí con una mezcla de esperanza y duda. Pero decidieron confiar en las palabras del sabio anciano.

Esa noche, sin sus varitas mágicas, las Reinas Magas comenzaron su recorrido por el reino. En cada pueblo y ciudad, se acercaban a los niños con una sonrisa cálida y un abrazo afectuoso. Les preguntaban cómo estaban y escuchaban atentamente sus historias.

A medida que avanzaba la noche, algo increíble comenzó a suceder. Los rostros tristes de los niños se iluminaban con alegría mientras recibían el amor y la bondad de las Reinas Magas. Los juguetes y golosinas parecían tener un brillo especial.

"¡Miren!", exclamó Marta emocionada,"Nuestros regalos están cobrando vida". Y así fue como descubrieron que cuando brindas amor y bondad a los demás, la magia verdadera ocurre en tu corazón.

Las Reinas Magas continuaron su misión año tras año, llevando felicidad a todos los niños del reino. Aunque nunca volvieron a encontrar sus varitas mágicas perdidas, aprendieron que el verdadero poder estaba dentro de ellas mismas: el poder de hacer feliz a alguien simplemente con un gesto amable o una palabra cariñosa.

Desde aquel día, Carmela, Marta y Sofía siempre recordaron al sabio anciano y su valiosa lección sobre la importancia del amor y la bondad en nuestras vidas.

Y así, se convirtieron en las Reinas Magas más queridas y admiradas de todo el reino. Y colorín colorado, esta historia llena de amor y magia ha terminado.

FIN.

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