Vega, la guardiana del bosque


Había una vez una niña llamada Vega, que era muy feliz. Le encantaba ir a la escuela infantil y jugar con todos sus amiguitos. Pero lo que más disfrutaba era pasar tiempo con su maestro, el tito Rafa.

El tito Rafa siempre tenía actividades divertidas planeadas para los niños. Un día, decidió llevarlos de excursión al bosque cercano a la escuela. Todos los niños estaban emocionados por esta aventura, pero Vega estaba especialmente entusiasmada.

Cuando llegaron al bosque, el tito Rafa les explicó sobre la importancia de cuidar la naturaleza y respetar a los animales que viven allí. Les enseñó cómo identificar diferentes plantas y animales, y les contó historias fascinantes sobre el bosque.

Vega se maravillaba con cada descubrimiento que hacía en ese lugar mágico. Observaba las mariposas revoloteando entre las flores y escuchaba atentamente el canto de los pájaros en los árboles altos.

Era como estar en un mundo completamente nuevo para ella. Después de explorar durante horas, decidieron hacer un picnic bajo un gran árbol. Mientras comían sus sándwiches y frutas frescas, Vega notó algo inusual: había un pequeño conejito herido cerca de ellos.

Vega se acercó al conejito con mucho cuidado mientras el tito Rafa le explicaba qué podría haber pasado. El conejito tenía una patita lastimada y parecía asustado. "Tito Rafa, ¿podemos ayudarlo?"- preguntó Vega con preocupación.

El tito Rafa sonrió y le dijo: "Claro que sí, Vega. Pero primero tenemos que llevarlo a un veterinario para que lo examine". Juntos, cuidadosamente tomaron al conejito y lo llevaron de regreso a la escuela infantil.

Allí, encontraron una caja segura y cómoda para dejarlo mientras esperaban al veterinario. El tito Rafa explicó a los niños cómo es importante ayudar a los animales cuando están en peligro o lastimados. También les recordó la importancia de tratar con amabilidad a todos los seres vivos.

Unas horas más tarde, el veterinario llegó y examinó al conejito. Le puso una venda en la patita herida y le dio medicina para ayudarlo a sanar más rápido.

Vega estaba feliz de ver cómo el conejito se recuperaba poco a poco gracias a su ayuda y la del tito Rafa. Todos los días iba a visitarlo después de clases, llevándole zanahorias frescas y contándole cuentos.

Después de unas semanas, el conejito estaba completamente curado y listo para volver al bosque. Vega sintió un poco de tristeza porque se había encariñado con él, pero sabía que era lo mejor para el conejito.

En su último día en la escuela infantil, Vega recibió una sorpresa muy especial del tito Rafa: ¡un libro sobre animales del bosque! Estaba lleno de ilustraciones coloridas e información interesante sobre cada especie.

Vega abrazó emocionada al tito Rafa y le prometió que seguiría aprendiendo sobre la naturaleza y protegiendo a los animales siempre que pudiera. Desde ese día, Vega se convirtió en la defensora del bosque. Creció con un amor profundo por la naturaleza y siempre recordó las lecciones valiosas que aprendió de su tito Rafa.

Y así, Vega continuó siendo una niña feliz y llena de alegría, compartiendo su amor por la naturaleza con todos los que conocía.

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