Venezia y el miedo vencido
Había una vez una niña llamada Venezia, que tenía 4 años y vivía en un colorido pueblo llamado Arcoíris. Era una niña muy alegre y curiosa, siempre explorando el mundo a su alrededor.
Un día, la mamá de Venezia le dijo que tenían que ir al médico para hacerse un chequeo de rutina. Pero Venezia no quería ir al médico porque pensaba que le iban a poner inyecciones y eso le daba miedo.
"Mamá, no quiero ir al médico. No quiero que me pongan inyecciones", decía Venezia con carita triste. La mamá de Venezia entendió su preocupación y decidió hablarle con dulzura para calmar sus miedos.
"Venezia, entiendo que tengas miedo a las inyecciones, pero el doctor solo quiere asegurarse de que estés sana y creciendo bien. Además, si vamos al médico podemos descubrir cosas nuevas sobre nuestro cuerpo". Venezia pensó en las palabras de su mamá y se sintió un poco más tranquila.
Aunque todavía tenía dudas en su corazón. Al día siguiente, llegó el momento de ir al médico. Mamá tomó la mano de Venezia y juntas caminaron hacia la clínica del Dr. Marcos. Cuando entraron a la clínica del Dr.
Marcos, Venezia vio juguetes divertidos en la sala de espera y eso hizo que se olvidara por un momento de sus miedos. "¡Mira mamá! ¡Hay muchos juguetes aquí!", exclamó emocionada Venezia mientras corría hacia ellos.
La mamá sonrió y se alegró de ver a su hija distraída y feliz. Pero justo cuando Venezia estaba por tomar un juguete, escucharon una risita detrás de ellas. Era el Dr.
Marcos, quien se acercó a Venezia con una sonrisa amigable en su rostro. "Hola Venezia, soy el Dr. Marcos. ¿Te gustaría ayudarme a cuidar de tus juguetes mientras reviso cómo estás creciendo?". Venezia miró al doctor con curiosidad y asintió con la cabeza.
Se sentía más tranquila al ver lo amable que era el doctor. El Dr. Marcos comenzó a hacerle preguntas sobre cómo se sentía Venezia y si había tenido alguna molestia últimamente.
Mientras tanto, le explicaba todo lo que iba haciendo para que ella entendiera cada paso del chequeo médico. Venezia descubrió que no todos los chequeos implicaban inyecciones y que los doctores estaban allí para ayudarla a mantenerse saludable. Al finalizar la consulta, el Dr.
Marcos felicitó a Venezia por ser tan valiente y le dio un pequeño obsequio como recompensa por su cooperación. "Gracias, Dr. Marcos", dijo Venezia sonriendo mientras abrazaba su nuevo juguete.
Cuando salieron de la clínica, mamá le preguntó a Venezia qué había aprendido hoy en su visita al médico. "Aprendí que no todos los chequeos tienen inyecciones y que los doctores están aquí para cuidarnos", respondió Venezia emocionada.
La mamá de Venezia se sintió muy orgullosa de su hija por haber superado sus miedos y aprender algo nuevo. Desde ese día, Venezia ya no le tenía tanto miedo al médico. Comprendió que ir al médico era importante para mantenerse sana y descubrir cosas nuevas sobre su cuerpo.
Y así, Venezia continuó explorando el mundo con curiosidad y valentía, sabiendo que siempre podía contar con el apoyo de su mamá y del amable Dr. Marcos.
FIN.