Vera y la magia de Lanzarote
Había una vez en la hermosa isla de Lanzarote, un lugar lleno de magia y encanto, donde vivía Vera, un hada muy especial.
Pero lo más sorprendente era que Vera no vivía en un árbol o una cueva como otros seres mágicos, sino dentro de un Aloe Vera gigante. Vera siempre había sido amiga del pequeño Peri, un perenquén simpático y curioso que vivía en los alrededores del Aloe Vera.
También tenía otro gran amigo llamado Helechin, un erizo travieso pero adorable que se escondía entre las hojas puntiagudas del aloe.
Un día, mientras volaba por la isla con sus alas brillantes, Vera tuvo una idea maravillosa: decidió ir al colegio para contarles a los niños todos los secretos mágicos que conocía sobre Lanzarote. Estaba segura de que les encantaría conocer todas las maravillas ocultas en la isla. Cuando llegó al colegio, los niños estaban emocionados por tener a una hada real frente a ellos.
Todos se sentaron en círculo y escucharon atentamente mientras Vera les hablaba sobre las montañas volcánicas que decoraban el paisaje de su hogar. Les contó cómo el fuego y la lava habían creado paisajes únicos y espectaculares.
"¡Wow! ¡Eso es increíble! Queremos verlo con nuestros propios ojos", exclamaron los niños emocionados. Vera sonrió y prometió llevarlos allí algún día. Pero antes de eso, ella quería enseñarles algo muy importante: cómo jugar y compartir.
Los niños, acostumbrados a sus juegos habituales, se sorprendieron ante la idea de aprender algo nuevo. Pero Vera les explicó que el juego y la amistad eran tan mágicos como cualquier otro secreto de la isla. "Cuando jugamos juntos, nos divertimos y nos conocemos mejor.
Además, aprendemos a compartir y a ser generosos", dijo Vera con una sonrisa. Los niños aceptaron el desafío y comenzaron a jugar todos juntos.
Descubrieron que al compartir sus juguetes y ayudarse mutuamente, se sentían más felices y unidos como amigos. Pero entonces sucedió algo inesperado. Mientras los niños reían y disfrutaban del juego, apareció un niño triste llamado Lucas. Había perdido su pelota favorita en el parque y no sabía qué hacer.
Vera se acercó a él con ternura e invitó a los demás niños a ayudarlo. Juntos buscaron por todo el colegio hasta encontrar la pelota escondida detrás de unos arbustos. Cuando Lucas recuperó su preciado tesoro, sus ojos brillaron de alegría.
"¡Muchas gracias! No sé qué haría sin ustedes", dijo Lucas emocionado mientras abrazaba a Vera. Ese día fue uno de los más especiales en la vida de Vera.
Los niños descubrieron que no solo podían aprender sobre magia e historias fascinantes, sino también sobre valores importantes como la amistad, el juego compartido y la ayuda mutua. Desde ese día en adelante, Vera visitaba regularmente el colegio para seguir compartiendo sus secretos mágicos con los pequeños estudiantes.
Juntos exploraban la isla, aprendían cosas nuevas y se divertían como nunca antes. Y así, Vera el hada del Aloe Vera, Peri el perenquén curioso y Helechin el erizo travieso vivieron aventuras mágicas junto a los niños de Lanzarote.
Y en cada una de ellas, descubrieron que la magia más poderosa estaba en sus corazones cuando jugaban y compartían con amor y generosidad.
FIN.