Vero y Valen rescatan a la anciana en apuros


Era un día soleado en la ciudad de Buenos Aires, y Vero y Valen estaban emocionadas por ayudar a su papá Pablo en su taller mecánico.

Desde que eran pequeñas, siempre habían estado fascinadas con las herramientas y los autos, así que para ellas era una gran aventura. Al llegar al taller, se encontraron con su padre rodeado de motores y piezas de automóviles. "¡Hola chicas! ¿Están listas para trabajar?", preguntó Pablo.

"¡Sí, papi!", respondieron al unísono Vero y Valen. Pablo les mostró cómo utilizar las herramientas básicas como llaves inglesas, destornilladores y alicates. Las niñas también aprendieron cómo cambiar el aceite del motor, revisar los frenos e incluso reemplazar las bujías.

"Wow papi esto es muy divertido!" exclamó Valen mientras se ensuciaba las manos con grasa. "Me encanta aprender sobre los autos" dijo Vero sonriendo. Pero la situación cambió cuando llegó un cliente desesperado porque su auto no arrancaba.

Era una señora mayor que necesitaba ir al médico urgentemente. "No sé qué hacer", dijo la señora entre lágrimas. Pablo intentó arreglar el auto pero no logró encontrar el problema.

Fue entonces cuando Vero tuvo una idea brillante: recordando lo que había visto en televisión sobre problemas eléctricos en los automóviles sugirió revisar la batería del coche de la anciana.

Y efectivamente ahí estaba el problema: La batería estaba completamente descargada por lo cual no funcionaba nada del sistema eléctrico del auto. "Lo encontraste Vero, eres una genia!" exclamó su padre orgulloso. "Vamos Valen, trae las pinzas de batería para poder cargarla" dijo Vero con rapidez.

Las niñas ayudaron a la señora a cargar la batería y finalmente el auto arrancó. La mujer estaba muy agradecida y les dio un gran abrazo mientras decía "¡Gracias chicas! ¡Son unas verdaderas mecánicas!". El día terminó con los tres trabajando juntos en el taller.

Pablo se sentía muy orgulloso de sus hijas y las felicitó por su trabajo en equipo. Las niñas estaban felices de haber podido ayudar a alguien que lo necesitaba y sabían que habían aprendido mucho sobre mecánica automotriz ese día.

"Papi, ¿podemos hacer esto otra vez?" preguntó Valen emocionada. "¡Claro que sí! Siempre hay trabajo por hacer en el taller", respondió Pablo sonriendo.

Y así fue como Vero y Valen descubrieron su pasión por la mecánica automotriz gracias a su papá Pablo y aquel día memorable donde pudieron ayudar a una anciana desesperada.

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