Viaje a las estrellas



Felipe era un niño curioso y soñador que desde pequeño miraba al cielo con admiración. Le encantaba observar las estrellas, la luna y los planetas a través de su pequeño telescopio.

Siempre se preguntaba qué habría más allá de nuestro planeta Tierra y soñaba con ser astronauta para explorar el espacio. Un día, mientras estaba en el parque observando el cielo, se encontró con un anciano muy sabio que parecía haber viajado por todo el universo.

Felipe se acercó tímidamente y le preguntó:- ¿Usted ha estado en el espacio? El anciano sonrió y asintió con la cabeza. Luego le dijo a Felipe:- Sí, he viajado por muchos lugares del universo y he visto cosas maravillosas.

Pero para ser un astronauta, debes tener valentía, perseverancia y nunca dejar de soñar. Felipe quedó impresionado por las palabras del anciano y decidió que haría todo lo posible para cumplir su sueño de convertirse en astronauta.

Comenzó a estudiar mucho sobre astronomía, física y matemáticas. Se esforzaba en la escuela y siempre buscaba aprender algo nuevo cada día. Con el tiempo, Felipe se hizo amigo de un astronauta retirado que vivía cerca de su casa.

El astronauta le contaba historias emocionantes sobre sus viajes al espacio y le enseñaba todo lo que sabía sobre cómo funcionaban las naves espaciales. Un día, cuando Felipe cumplió 18 años, recibió una carta muy especial.

Era una invitación de la agencia espacial argentina para participar en un programa de entrenamiento para futuros astronautas.

¡Su sueño estaba a punto de hacerse realidad! Felipe se dedicó con todas sus fuerzas al entrenamiento: aprendió a flotar en gravedad cero, a reparar equipos espaciales e incluso a pilotar una nave espacial. Cada desafío lo enfrentaba con determinación y no dejaba que nada lo detuviera. Finalmente, llegó el gran día en que Felipe subiría a su primera misión espacial.

Estaba nervioso pero emocionado por fin ver el espacio exterior con sus propios ojos. La cuenta regresiva comenzó: "Tres, dos, uno...

¡despegue!"La nave se elevó lentamente hacia el cielo estrellado mientras Felipe contemplaba maravillado la inmensidad del universo ante él. Se sentía libre como nunca antes y supo en ese momento que había logrado cumplir su sueño. Al regresar a la Tierra después de su exitosa misión espacial, Felipe se convirtió en un héroe nacional.

Inspiró a muchos otros niños a seguir sus sueños sin importar cuán imposibles parecieran. Y así fue como Felipe demostró que con valentía, perseverancia y mucha pasión, ¡los sueños más grandes pueden hacerse realidad!

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!