Viaje al pasado jurásico



Había una vez cinco amigas muy curiosas llamadas Sofía, Martina, Valentina, Lucía y Camila. Un día, mientras paseaban por el parque, descubrieron una máquina muy extraña escondida detrás de unos arbustos.

Estaba llena de engranajes brillantes y luces intermitentes que las dejaron maravilladas. - ¡Miren esto! ¡Es una máquina del tiempo! -exclamó emocionada Valentina. Las cinco amigas se miraron entre sí con asombro y emoción. Siempre habían soñado con vivir aventuras extraordinarias y viajar a lugares increíbles.

Sin dudarlo un segundo, decidieron subirse a la máquina y explorar sus capacidades. Al principio todo parecía normal, pero de repente la máquina empezó a temblar y a emitir destellos de luz cegadora.

Cuando finalmente se detuvo, las chicas abrieron los ojos lentamente y se encontraron en un lugar completamente diferente. Estaban rodeadas de dinosaurios enormes que caminaban por la tierra como si fuera lo más natural del mundo.

- ¡Estamos en la era de los dinosaurios! -gritó emocionada Lucía. Las cinco amigas no podían creerlo. Habían viajado millones de años atrás en el tiempo y estaban viviendo una aventura increíble. Decidieron explorar aquel mundo antiguo con cautela, maravillándose con cada criatura prehistórica que veían.

Pero pronto se dieron cuenta de que estaban en peligro. Un Tiranosaurio Rex se acercaba rápidamente hacia ellas, rugiendo con ferocidad. Las chicas corrieron asustadas en busca de refugio cuando vieron una cueva cercana.

- ¡Rápido! ¡Entremos allí! -gritó Martina señalando la cueva. Una vez dentro, las amigas recuperaron el aliento y reflexionaron sobre lo sucedido. Se dieron cuenta de que habían subestimado las consecuencias de jugar con el tiempo sin precaución.

- Chicas, debemos ser más cuidadosas la próxima vez. Viajar en el tiempo puede ser peligroso si no estamos preparadas -advirtió Sofía seriamente. Decidieron encontrar la manera de regresar a casa antes de que fuera demasiado tarde.

Con valentía, planearon cómo podrían reparar la máquina del tiempo para volver al presente sano y salvo. Después de horas de trabajo en equipo e ingenio, lograron arreglar la máquina y regresaron al parque donde todo comenzó.

Se abrazaron emocionadas por haber vivido una experiencia tan inolvidable juntas. Desde ese día, las cinco amigas aprendieron que la curiosidad está bien siempre que se acompañe de responsabilidad y cuidado hacia uno mismo y los demás.

Aunque el pasado pueda ser fascinante, valoraron aún más su presente sabiendo que tenían toda una vida por delante para seguir creando recuerdos inolvidables juntas.

FIN.

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