Viaje alrededor del mundo en cajas



Había una vez un grupo de niños y niñas de 5 años que asistían a un divertido jardín de infantes en Argentina. Ellos eran muy curiosos y siempre estaban buscando nuevas aventuras para aprender cosas interesantes.

Un día, la maestra les propuso hacer un proyecto especial llamado "Vuelta al Mundo". Los ojitos de los niños se llenaron de emoción al escucharlo. Querían descubrir nuevos lugares, conocer diferentes culturas y aprender sobre animales exóticos.

"¡Qué genial suena eso! ¿Pero cómo vamos a dar la vuelta al mundo?" - preguntó Facu, el niño más inquieto del grupo.

La maestra sonrió y les explicó que no podrían viajar físicamente por todo el mundo, pero podían hacerlo a través de la imaginación. Les dijo que cada semana elegirían un país diferente para explorar y aprender sobre él. El primer destino fue España.

La maestra colocó una bandera española en el mapa y comenzaron a investigar sobre ese hermoso país. Aprendieron palabras en español como —"hola"  y —"gracias" , probaron comida típica como paella y churros con chocolate, e incluso bailaron flamenco.

Después de disfrutar tanto del viaje virtual a España, los niños decidieron hacer algo especial: construir su propio avión para poder volar por todos los países que visitaran durante el proyecto. Con mucha creatividad e imaginación, utilizaron cajas vacías para armar el avión.

Le pusieron rueditas para poder moverlo por toda la sala e hicieron ventanitas con papel celofán donde pegaron imágenes de diferentes paisajes del mundo. "¡Listo! ¡Ya tenemos nuestro avión!" - exclamó Valentina, la niña más creativa del grupo. A partir de ese momento, cada semana emprendieron un nuevo viaje.

Con el avión imaginario, visitaron países como China, Australia y Brasil. Aprendieron sobre pandas gigantes, canguros saltarines y samba divertida. Con cada destino que conocían, los niños se emocionaban más y más.

Pero había algo que les preocupaba: ¿cómo podían compartir todo lo que estaban aprendiendo con sus familias? Fue entonces cuando decidieron hacer una gran exposición al final del proyecto. Prepararon carteles con fotos y dibujos de todos los países que habían visitado.

También hicieron una pequeña representación teatral donde mostraron cómo bailaban flamenco o saltaban como canguros. El día de la exposición llegó y las familias quedaron sorprendidas por todo lo que sus hijos habían aprendido.

Los niños se sentían orgullosos de su trabajo y felices por haber compartido su aventura con sus seres queridos. Este proyecto no solo les enseñó sobre diferentes lugares del mundo, sino también sobre el valor de trabajar en equipo, utilizar la imaginación y tener curiosidad por aprender cosas nuevas.

Al finalizar el año escolar, los niños recordaron con alegría todas las experiencias vividas durante su "Vuelta al Mundo".

Y aunque no hubieran dado una vuelta física alrededor del planeta, sabían que habían recorrido un largo camino lleno de diversión y aprendizaje. Y así termina esta historia llena de aventuras e inspiración para todos aquellos niños y niñas curiosos que siempre están listos para explorar el mundo que los rodea.

FIN.

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