Viaje Estelar



Había una vez una chica llamada Lola que vivía en un pequeño pueblo rodeado de montañas. Siempre había sentido una gran fascinación por las estrellas y soñaba con viajar al espacio para poder verlas de cerca.

Un día, mientras paseaba por el bosque, Lola encontró un extraño objeto brillante entre los árboles. Al acercarse, se dio cuenta de que era una nave espacial abandonada.

Sin pensarlo dos veces, decidió subirse a ella y emprender su aventura hacia las estrellas. La nave despegó rápidamente y en cuestión de segundos se encontraba flotando en el espacio. Lola estaba maravillada con la inmensidad del universo y la cantidad de estrellas que podía ver desde allí arriba.

Mientras exploraba el espacio, Lola vio algo aún más sorprendente: una luna gigante muy cerca del sol. Sabía que esto no era posible según lo que le habían enseñado en la escuela, pero decidió acercarse para investigar.

Al llegar a la luna, Lola descubrió que no era realmente una luna, sino un planeta habitado por seres mágicos llamados Lunaris. Estos seres eran mitad humanos y mitad lunares, y tenían poderes especiales relacionados con la luz de la luna.

Lola se hizo amiga de los Lunaris y comenzaron a enseñarle sobre su mundo y sus habilidades únicas. Descubrió cómo controlar la luz lunar para iluminar lugares oscuros e incluso aprendió a volar usando unas alas especiales hechas de polvo lunar.

Lola también compartió sus conocimientos sobre las estrellas con los Lunaris y juntos exploraron el universo en busca de nuevos planetas y constelaciones.

Cada noche, ellos se reunían en la luna para observar las estrellas y contar historias sobre ellas. Un día, mientras volaban cerca del sol, Lola notó que su nave espacial estaba fallando. Sabía que tenía que encontrar una manera de regresar a casa antes de quedarse sin energía.

Los Lunaris le ofrecieron ayuda y juntos idearon un plan para usar la luz solar como fuente de energía para reparar la nave. Después de mucho esfuerzo y trabajo en equipo, lograron arreglar la nave y Lola pudo regresar a su pueblo.

Aunque extrañaba a sus amigos Lunaris, sabía que siempre estarían conectados por su amor compartido por el espacio y las estrellas. Desde ese día, Lola nunca dejó de soñar con el espacio.

Se convirtió en una astrónoma famosa y dedicó su vida a estudiar las estrellas y compartir sus conocimientos con otros niños curiosos como ella. Y así fue como una chica llamada Lola encontró aventura, amistad e inspiración en el espacio entre las estrellas, la luna y el sol.

FIN.

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