Viaje Estelar



Había una vez, en un pequeño pueblo de Huixquilucan, en el estado de México, dos personas llamadas Martín y Valentina. Ambos eran vecinos y se habían conocido desde que eran niños.

A medida que crecieron juntos, su amistad se convirtió en algo más profundo: se enamoraron. Martín era un chico muy inteligente y soñador. Siempre estaba inventando cosas nuevas y tenía una gran pasión por la ciencia.

Por otro lado, Valentina era una chica valiente y aventurera. Le encantaba explorar el campo y descubrir nuevos lugares.

Un día soleado de verano, mientras caminaban por los campos del pueblo, Martín le contó a Valentina sobre su sueño de construir un cohete espacial para viajar a las estrellas. Valentina quedó fascinada con la idea y decidió ayudarlo en su proyecto. Durante meses trabajaron juntos en el garaje de Martín, recolectando materiales e investigando cómo hacer realidad su sueño.

Aunque muchos los consideraban solo unos niños soñadores, ellos nunca dejaron que eso los desanimara. Pero justo cuando estaban a punto de terminar su cohete espacial, recibieron noticias tristes: la familia de Valentina iba a mudarse a otra ciudad debido al trabajo de sus padres.

Ambos quedaron destrozados con esta noticia inesperada. Sin embargo, decidieron no rendirse tan fácilmente. Martín propuso que hicieran un último intento para completar el cohete antes del día en que Valentina tuviera que irse.

Trabajaron día y noche sin descanso mientras el reloj avanzaba rápidamente. Finalmente, el día antes de la partida de Valentina, lograron terminar su cohete espacial.

Valentina y Martín se despidieron con lágrimas en los ojos, pero también con una promesa: si el cohete funcionaba, Martín viajaría al lugar donde Valentina viviera para que pudieran estar juntos nuevamente. Martín subió al cohete y se preparó para despegar. Todos los vecinos del pueblo se habían reunido para ver el gran momento.

Con un rugido ensordecedor, el cohete se elevó hacia el cielo estrellado. Mientras todos observaban con asombro, algo increíble sucedió: el cohete desapareció repentinamente entre las estrellas. Martín había logrado hacer realidad su sueño y ahora estaba en camino hacia Valentina.

Pasaron meses desde aquel día y nadie sabía nada sobre lo que había pasado con Martín. La gente comenzó a dudar de si realmente había tenido éxito en su viaje espacial.

Pero un día soleado, mientras Valentina paseaba por la calle principal de su nueva ciudad, vio algo que le hizo saltar de alegría: ¡el cohete espacial de Martín aterrizando justo frente a ella! Martín salió del cohete con una sonrisa radiante en su rostro.

Había cumplido su promesa y ahora estaba junto a Valentina nuevamente. Juntos exploraron la nueva ciudad y continuaron soñando en grande. Esta historia nos enseña la importancia de perseguir nuestros sueños sin importar las dificultades que enfrentemos en el camino.

A veces, incluso cuando parece imposible, podemos encontrar una manera de hacer realidad nuestros sueños. Y si tenemos personas especiales a nuestro lado, el viaje se vuelve aún más emocionante y significativo.

FIN.

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