Victoria, la dragona que aprendió a volar solita
En el Bosque Encantado vivía Victoria, una pequeña dragona que soñaba con volar como las aves del cielo. Sin embargo, a diferencia de sus hermanos y hermanas, Victoria no conseguía despegar del suelo.
Un día, mientras observaba a los pájaros volar, escuchó la risa juguetona de un hada. Era Camila, una hadita traviesa con cabello del color de las flores primaverales. Camila se acercó a Victoria y le dijo: ¨¿Por qué no intentas algo nuevo? A veces, la respuesta a nuestros problemas está dentro de nosotros mismos¨.
Victoria se sintió intrigada por las palabras de la hadita y decidió explorar su interior en busca de respuestas. Durante días, se dedicó a observar detenidamente cómo sus hermanos y hermanas dragonas desplegaban sus alas y se lanzaban al aire. Finalmente, comprendió que el secreto no estaba solo en sus fuertes alas, sino en la determinación y confianza en sí misma.
Con renovado entusiasmo, Victoria se propuso practicar todos los días. A pesar de caer al suelo una y otra vez, se levantaba con más fuerza y determinación. Poco a poco, sus alas se fortalecieron, y con cada intento, sus saltos eran más altos y sus vuelos más largos. La dragona Victoria estaba decidida a alcanzar su sueño de volar.
Un día, mientras jugaba con su amiga hadita Camila, Victoria decidió probar una vez más. ¨¿Estás lista? ¨, preguntó Camila con emoción. -¨Sí, estoy lista¨, respondió Victoria con determinación. Con un poderoso impulso, la dragona despegó del suelo, batiendo sus alas con todas sus fuerzas. Sintió el viento fresco acariciar su rostro y, para su asombro, se elevó por los cielos dejando atrás el suelo del Bosque Encantado. ¡Victoria había logrado volar solita!
Desde ese día, Victoria se convirtió en una inspiración para todos en el Bosque Encantado. Demostró que con esfuerzo, perseverancia y creer en uno mismo, los sueños más grandes pueden hacerse realidad. Juntos, Victoria y Camila compartieron su historia con aquellos que necesitaban un impulso de ánimo, recordándoles que nunca es tarde para alcanzar las metas que nos proponemos.
Y así, la pequeña dragona Victoria, con su valentía y determinación, enseñó a todos que el único límite para alcanzar nuestros sueños está en nuestra propia imaginación.
FIN.