Vigilija y el Viaje Asombroso
Era una mañana nublada y fría en Lituania. La señora Vigilija, profesora de español, se levantó con una sonrisa en su rostro a pesar de que el cielo estaba cubierto de nubes y la tormenta empezaba a golpear las ventanas de su casa. "¡Hoy es el día!"-, exclamó mientras preparaba su desayuno.
Vigilija había soñado con asistir al congreso en Vilnius durante meses. Se reuniría con otros educadores de todo el mundo para compartir y aprender sobre nuevas metodologías de enseñanza. Mientras tomaba su café, miró por la ventana y se preguntó si la tormenta no haría que su viaje fuera complicado.
Una vez lista, salió de casa con su paraguas y una mochila llena de libros y materiales. Al llegar a la parada del autobús, sintió cómo la lluvia caía fuerte, pero su entusiasmo la mantenía cálida. "Un poco de agua no va a detenerme,"- se dijo sonriendo.
Cuando subió al autobús, ya estaba lleno de gente buscando refugio. "Espero que el clima mejore pronto,"- dijo un anciano que estaba a su lado. "Sí, pero el congreso será increíble, ¡vale la pena!"-, respondió Vigilija con una chispa en sus ojos.
El viaje fue largo y dificultoso. La lluvia y el viento hicieron que el autobús se retrasara. Pero Vigilija conoció a otros pasajeros, entre ellos una chica llamada Lila que también iba al congreso. "¿De dónde sos?"- preguntó Lila. "Soy de un pueblito aquí en Lituania. Y tú?"- dijo Vigilija. "Yo vengo de Argentina!"- respondió Lila con una gran sonrisa.
Entusiasmadas, las dos empezaron a conversar sobre la enseñanza del español, los juegos que podrían utilizar en el aula, la importancia de aprender sobre diferentes culturas. La conversación y la risa hicieron que el tiempo pasara volando.
Cuando por fin llegaron a Vilnius, el clima había mejorado. La lluvia había cesado y el sol se asomaba tímidamente. "¡Mirá qué hermoso es la ciudad!"- gritó Lila. Vigilija miró a su alrededor y se dio cuenta de que la ciudad estaba llena de colores vibrantes, flores y el aire fresco del verano.
Al llegar al congreso, se sintieron emocionadas al ver a miles de educadores, libros, presentaciones y oportunidades para aprender todo lo relacionado con la enseñanza de idiomas. Mientras recorrían las distintas actividades, se encontraron con un taller sobre juegos interactivos. "¡Esto es justo lo que necesitaba!"-, dijo Vigilija.
Participaron en el taller y aprendieron un montón de juegos para hacer que el español fuera más divertido para sus alumnos. Vigilija tomó muchas notas e incluso intercambió ideas con otros profesores. El tiempo pasó volando, y el evento terminó con un espectáculo de danzas típicas.
Al finalizar el congreso, Lila y Vigilija decidieron explorar juntos la ciudad. "Tengo una idea. ¡Vayamos a probar un helado y a caminar por el casco antiguo!"- sugirió Lila. "¡Genial!"- aceptó Vigilija.
Mientras se paseaban, Vigilija no podía dejar de pensar en todas las cosas que había aprendido. El congreso había sido un éxito a pesar del clima y había hecho una amiga nueva. "A veces, lo mejor de un viaje son las sorpresas que encontramos por el camino,"- reflexionó Vigilija.
Finalmente, llegó la hora de despedirse. "Espero verte en el próximo congreso en Buenos Aires,"- dijo Vigilija con una sonrisa. "¡Seguro que sí!"- sonrió Lila. Y así, con nuevos conocimientos y lindas amistades, Vigilija regresó a casa, lista para compartir su pasión por el español con sus alumnos.
FIN.