Violeta, la hada honesta


Había una vez en un hermoso bosque encantado, una pequeña ada llamada Violeta. Violeta era muy brillante y siempre estaba dispuesta a ayudar a los animales que vivían en el gran árbol del centro del bosque.

Un día soleado, mientras volaba entre las ramas del árbol, Violeta escuchó un ruido extraño proveniente de la copa más alta. Se acercó sigilosamente y vio a un pequeño animalito llamado Lucas llorando desconsoladamente.

Intrigada, Violeta se posó suavemente sobre una hoja cercana y le preguntó a Lucas qué le pasaba. Entre sollozos, el animalito le explicó que había perdido su comida favorita y no sabía cómo encontrarla nuevamente. Violeta, conmovida por la tristeza de Lucas, decidió ayudarlo.

Con su brillo mágico iluminando el camino, buscaron por todo el bosque hasta que finalmente encontraron la preciada comida escondida detrás de unas piedras. Lucas estaba tan feliz que dio saltitos de alegría y agradeció enormemente a Violeta por su ayuda.

Desde ese momento, Lucas se convirtió en el mejor amigo de Violeta. Juntos recorrían el bosque rescatando animales perdidos o ayudándolos cuando tenían algún problema.

Un día nublado, mientras buscaban bayas para compartir con todos sus amigos animales, encontraron a un conejito llamado Benjamín llorando desesperadamente cerca de un arroyo. Violeta se acercó rápidamente al conejito para saber qué le ocurría.

Benjamín, entre sollozos, le contó que había visto a Lucas escondiendo todas las bayas en su madriguera y ahora no podían encontrarlas. Violeta no podía creer lo que estaba escuchando. Sabía muy bien que Lucas nunca haría algo así, pero decidió investigar para despejar cualquier duda.

Se adentraron en el bosque hasta llegar a la madriguera de Lucas y encontraron una gran sorpresa. Dentro de la madriguera estaban todas las bayas, pero también estaba un pequeño mapache llamado Max.

Max se había aprovechado de la confianza de Lucas para robarle las bayas y ocultarlas en su madriguera. Violeta confrontó a Max y le exigió que devolviera todo lo que había robado. Max intentó mentir nuevamente, pero Violeta utilizó su brillo mágico para mostrarle a todos los animales del bosque la verdad.

Los animales quedaron sorprendidos por las acciones de Max y decidieron no permitir más mentiras ni engaños dentro del bosque encantado. Juntos, ayudaron a Violeta a llevar todas las bayas al gran árbol para compartirlas con todos los habitantes del bosque.

Desde ese día, el bosque encantado se convirtió en un lugar lleno de honestidad y confianza gracias al valor y coraje demostrados por Violeta.

Todos aprendieron que decir la verdad siempre es lo mejor y que trabajar juntos como equipo puede superar cualquier obstáculo. Y así fue como Violeta se convirtió en una heroína querida por todos los animales del bosque encantado, recordándoles cada día la importancia de la amistad y la honestidad. .

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