Violeta y el Misterio de las Capacidades



Era un día soleado en la escuela de Violeta. La pequeña caminaba por el patio mientras observaba a sus compañeros jugar. Ella amaba el matemáticas, pero a veces sentía que no encajaba del todo.

Una tarde, mientras su maestra, la señora Pérez, explicaba cómo resolver problemas de suma y resta, Violeta levantó la mano.

"Señora Pérez, ¿hay diferentes tipos de inteligencia?"

La maestra sonrió y respondió:

"Claro, Violeta. Hay muchas formas de ser inteligente. Algunas personas son buenas en matemáticas, otras en arte o música. Lo importante es que cada uno tenga la oportunidad de brillar en lo que le gusta."

Violeta pensó en esto y sintió una chispa de curiosidad. Quería descubrir si tenía alguna capacidad especial.

Al siguiente día, su mejor amiga, Clara, le contó sobre un concurso de matemáticas que se realizaría en su escuela.

"¡Vamos a inscribirnos!" dijo Clara emocionada.

Violeta dudó un poco.

"¿Y si no soy lo suficientemente buena?"

Clara la miró con determinación.

"¡Pero tenés que intentar!"

Finalmente, Violeta decidió participar. Para su sorpresa, comenzó a trabajar en varios problemas de matemáticas con Clara. Se dieron cuenta de que ella resolvía muy rápido casi todos los problemas.

Un día, mientras estudiaban juntas, Clara fue a buscar un libro y dejó a Violeta sola. Entonces, Violeta se puso a pensar.

"Quizás pueda ser diferente, pero no sé si eso me hace especial". En ese momento, una pequeña mariposa revoloteó frente a su ventana.

"¡Violeta!" gritó la mariposa.

Violeta se sorprendió y se acercó al ventanal.

"¿Tú hablas?"

"Sí, pero no te asustes. Soy una mariposa mágica. Justo venía a decirte que ser especial no es solo ser buena en algo, sino disfrutar lo que haces y ayudar a los demás".

Violeta sonrió, sintiéndose reconfortada.

"¿Y si no gano el concurso?"

"Eso no importa. Lo mejor es que diste lo mejor de vos y pasaste un buen rato con tu amiga. A veces, la verdadera magia está en el proceso, no en el resultado".

Violeta decidió que no le importaba tanto ganar. Se enfocaría en disfrutar cada momento del concurso.

El día del concurso llegó y Violeta estaba nerviosa. Pero al ver a Clara empezaron a reírse juntas y a recordar lo que habían aprendido.

Cuando llegó su turno, Violeta resolvió los problemas con calma y, cuando terminó, sintió que había hecho lo mejor que pudo.

Al final, no solo Violeta, sino que todos los participantes recibieron un reconocimiento por su esfuerzo.

La señora Pérez les dijo:

"Hoy celebramos no solo a los ganadores, sino a todos ustedes que se atrevieron a participar y a superar sus miedos".

Violeta sonrió de oreja a oreja, sintiendo que había aprendido más de lo que deseaba. No necesitaba ser 'especial' para brillar.

Esa noche, al irse a dormir, Violeta miró por la ventana.

"Gracias, mariposa mágica. ¡Lo entendí!".

Y así, con el corazón contento, Violeta se quedó dormida, sabiendo que su verdadero talento era disfrutar de lo que hacía y compartirlo con aquellos que amaba. Su viaje hacia el autoconocimiento recién comenzaba.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1