Volando con Papá



Luiza era una niña muy curiosa y aventurera. Siempre estaba buscando nuevas experiencias que la hicieran sentir emocionada y viva. Pero había una cosa que todavía no había logrado hacer: viajar en avión.

Desde pequeña, Luiza había soñado con subir a un avión y volar por el cielo como un pájaro. Le encantaba imaginar cómo sería ver las nubes desde arriba y sentir la emoción de despegar y aterrizar en un lugar nuevo.

Pero su padre siempre se lo impedía. Tenía miedo de que algo malo le pasara a su hija en el avión, así que nunca permitió que ella tomara un vuelo.

Un día, mientras paseaban por el parque, Luiza le dijo a su padre:- Papá, ¿por qué nunca me dejás viajar en avión? Yo sé cuidarme sola y me encantaría conocer otros lugares del mundo.

Su padre suspiró y le respondió:- Es que tengo miedo de perderte o de que te pase algo malo en el avión. No puedo soportar la idea de estar lejos de ti si algo sale mal. Luiza entendía los temores de su padre, pero también sabía que no podían limitarse mutuamente por miedo.

Decidió buscar información sobre cómo funcionan los aviones y cómo se mantienen seguros durante el vuelo. Leyó libros sobre aviación e incluso habló con pilotos para aprender más sobre este medio de transporte.

Finalmente, después de mucho esfuerzo e investigación, Luiza encontró una forma segura para convencer a su padre: tomar un vuelo corto dentro del país bajo supervisión profesional. - Papá, sé que tenés miedo, pero yo he investigado mucho sobre los aviones y creo que es seguro.

¿No podríamos tomar un vuelo corto juntos? Así vos podés ver cómo funciona todo y estar tranquilo. Su padre dudó por un momento, pero finalmente aceptó la propuesta de su hija. Luiza estaba emocionada.

Había logrado convencer a su padre y estaba a punto de cumplir su sueño de volar en avión. El día del vuelo llegó y Luiza se sentía nerviosa pero feliz. Abrochó su cinturón de seguridad con determinación y miró por la ventana mientras el avión despegaba.

La sensación fue indescriptible. La emoción de sentir el viento en su rostro mientras ascendían por los cielos era algo que nunca olvidaría. Durante el vuelo, Luiza le explicaba a su padre todo lo que había aprendido sobre aviación.

Le mostraba las partes del avión y cómo funcionaban los motores para mantenerlo en el aire. Cuando finalmente aterrizaron, Luiza estaba radiante. Había cumplido uno de sus grandes sueños gracias a la perseverancia y al convencimiento pacífico hacia su padre.

- ¡Papá! ¿Viste qué hermoso es viajar en avión? No pasó nada malo, como te dije - exclamó Luiza con una gran sonrisa en el rostro.

Su padre se sintió aliviado al comprobar que todo había salido bien e incluso se animó a pensar en futuros viajes juntos como familia. Desde ese día, Luiza aprendió una valiosa lección: cuando uno quiere algo con todo su corazón, puede encontrar una forma segura y responsable de lograrlo.

Y a veces, incluso los miedos más grandes pueden superarse con información y confianza en uno mismo.

FIN.

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