Volando hacia la valentía



Roma estaba muy emocionada porque iba a hacer su primer viaje en avión sola. Sus papás le habían dado permiso para pasar las vacaciones de invierno con sus abuelos en un lugar muy especial.

La noche antes del viaje, Roma no podía dormir de la emoción. Se imaginaba todas las cosas maravillosas que iba a ver y hacer durante sus vacaciones. Pero también sentía un poco de miedo por volar sola.

Al día siguiente, Roma se levantó temprano y se preparó para ir al aeropuerto. Su mamá le dio un abrazo fuerte y le dijo: "Confío en ti, querida. Eres una niña valiente y segura de sí misma. Disfruta mucho tu viaje".

Con una sonrisa en el rostro, Roma subió al avión y encontró su asiento junto a la ventana. Mientras esperaba despegar, miró por la ventana y vio cómo los aviones se movían por la pista.

De repente, el avión empezó a moverse rápidamente hacia adelante y luego se elevó en el aire. Roma sintió un cosquilleo en el estómago mientras veía cómo las casas y los árboles se hacían más pequeños. "¡Wow! ¡Estoy volando!", exclamó Roma emocionada.

Durante el vuelo, Roma hizo amistad con una azafata llamada Lola. Ella era muy simpática y le contó historias divertidas sobre sus viajes alrededor del mundo. "¿Sabes qué? Tú eres una niña muy valiente por volar sola", dijo Lola admirada.

Roma sonrió orgullosa y le agradeció a Lola por sus palabras. Se sentía más segura y feliz sabiendo que había hecho algo tan especial.

Cuando el avión aterrizó, Roma se despidió de Lola y salió del aeropuerto para encontrarse con sus abuelos. Ellos la recibieron con mucha alegría y comenzaron a contarle sobre todas las aventuras que tenían planeadas juntos. Durante sus vacaciones, Roma aprendió muchas cosas nuevas.

Aprendió a esquiar en la nieve, construyó un muñeco de nieve gigante y disfrutó de largas caminatas por el bosque. Un día, mientras exploraba una montaña cercana, Roma se perdió. Estaba asustada pero recordó lo valiente que había sido al volar sola y decidió buscar una solución.

"¡No te preocupes, Roma! ¡Vamos a encontrar el camino de regreso!", se animó a sí misma. Después de caminar un poco más, Roma vio una cabaña en medio del bosque. Se acercó y tocó la puerta con cuidado.

Una amable señora llamada Clara abrió la puerta y le ofreció ayuda. Clara llamó a los abuelos de Roma para decirles que estaba bien y les dio indicaciones para llegar hasta ella.

Mientras esperaban, Clara compartió historias interesantes sobre su vida en el bosque. Finalmente, los abuelos llegaron y todos se reunieron nuevamente. Roma les contó emocionada cómo había encontrado su camino gracias a su valentía.

Al finalizar las vacaciones, Roma volvió al aeropuerto para tomar su vuelo de regreso a casa. Esta vez, no sentía miedo porque había aprendido que podía enfrentar cualquier desafío con valentía y determinación. Cuando Roma llegó a casa, sus papás estaban esperándola en el aeropuerto.

La abrazaron fuerte y le preguntaron emocionados sobre todas las aventuras que había vivido. "¡Fue increíble! Conocí personas maravillosas, aprendí cosas nuevas y descubrí lo valiente que puedo ser", respondió Roma con una gran sonrisa.

Sus papás la miraron orgullosos y supieron que su hija había crecido mucho durante ese viaje. Desde entonces, Roma siempre recordaría esa experiencia como un momento especial en su vida donde descubrió el valor de la valentía y la confianza en sí misma.

FIN.

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