Vuela alto


En un pequeño pueblo del reino vivía un chico llamado Alex. Era valiente, curioso y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás.

Un día, mientras paseaba por el bosque cercano al pueblo, escuchó hablar sobre el legendario Árbol de los Sueños. "-Dicen que este árbol tiene el poder de convertir nuestros sueños en realidad", comentaba una anciana del pueblo. Alex quedó fascinado con la idea y decidió buscar el Árbol de los Sueños.

Sabía que solo aquellos con corazones puros y valientes podían acercarse a él, así que se preparó para enfrentar cualquier desafío que pudiera encontrar en su camino. Durante su búsqueda, Alex se encontró con distintos obstáculos.

Tuvo que cruzar ríos caudalosos, trepar montañas altísimas y adentrarse en cuevas oscuras. Pero nada lo detuvo en su determinación por alcanzar su sueño. Después de días de caminar sin descanso, finalmente llegó al lugar donde se encontraba El Árbol de los Sueños.

Era majestuoso, con hojas brillantes y tronco imponente. Alex sintió una energía especial rodeándolo. "-Hola", dijo tímidamente Alex al árbol mágico. El árbol respondió con una voz cálida: "-Bienvenido, joven valiente.

¿Cuál es tu deseo más profundo?"Alex pensó profundamente antes de responder: "-Mi mayor deseo es poder volar como un pájaro". El Árbol de los Sueños asintió y comenzaron a crecer alas en la espalda de Alex.

Con un movimiento suave, el chico se elevó en el aire y experimentó la increíble sensación de volar. Alex aprovechó al máximo su nuevo don y exploró el mundo desde las alturas. Volaba sobre montañas, campos verdes y ríos cristalinos. Se sentía libre y lleno de alegría.

Después de algún tiempo, decidió regresar al Árbol de los Sueños para agradecerle por cumplir su sueño. Pero cuando llegó, se encontró con una sorpresa desagradable: El Árbol estaba marchito y sus hojas habían caído.

"-¿Qué ha pasado?", preguntó Alex con tristeza. El Árbol de los Sueños respondió débilmente: "-Mi magia solo puede funcionar si alguien tiene un corazón valiente y puro como el tuyo. Pero la gente del reino ha dejado de creer en sus sueños".

Alex no podía permitir que eso ocurriera. Recordando todas las personas que había ayudado en su pueblo, decidió volver e inspirar a todos a creer en sus sueños nuevamente.

Compartió su historia con cada persona que encontraba y les recordaba lo importante que era tener fe en sí mismos y perseguir sus sueños sin importar las dificultades que pudieran encontrar en el camino. Poco a poco, la esperanza volvió al pueblo.

La gente comenzó a soñar nuevamente y a buscar dentro de ellos la valentía necesaria para alcanzar esos sueños. Con cada persona que recuperaba la fe en sus sueños, El Árbol de los Sueños cobraba vida nuevamente. Sus hojas volvieron a brillar y su tronco se fortaleció.

Finalmente, el pueblo entero había recuperado su confianza en los sueños. Alex volvió al Árbol de los Sueños una vez más, esta vez rodeado de todo el pueblo.

"-Gracias por enseñarnos a creer en nuestros sueños otra vez", dijo Alex con gratitud. El Árbol de los Sueños sonrió y respondió: "-Ha sido un honor ayudarles a recordar que la valentía y la fe pueden hacer realidad cualquier sueño". Desde aquel día, el pueblo vivió lleno de alegría y esperanza.

Y cada año, en agradecimiento al Árbol de los Sueños, celebraban una fiesta donde todos compartían sus sueños e inspiraban a otros a perseguirlos.

Y así, gracias al coraje y la valentía de Alex, El Árbol de los Sueños pudo seguir convirtiendo los sueños en realidad para aquellos con corazones puros y valientes.

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