WEBON, EL HÉROE DE LA IMAGINACIÓN
En un pequeño pueblo, donde la rutina estaba marcada por las horas del reloj, vivía un joven conocido como Webon. Siempre con una sonrisa en su rostro y una chispa de creatividad en su mirada, Webon pasaba sus días dibujando en su cuaderno. A menudo la gente lo consideraba un soñador, pero él sabía que en su interior guardaba un poder especial: la capacidad de hacer que sus dibujos cobraran vida.
Una tarde soleada, Webon decidió mostrar sus creaciones a sus amigos del barrio. Se reunió con Sofía, Lucas, y el perro Oso en el parque.
- “¡Miren lo que puedo hacer! ” - exclamó Webon, mientras sacaba su cuaderno.
Los amigos se acercaron emocionados. Webon dibujó una mariposa enorme y, con un toque mágico, la mariposa alzó el vuelo ante sus ojos maravillados. Todos vitorearon.
- “¡Es increíble, Webon! ” - gritó Sofía.
- “¡Sos un genio! ” - dijo Lucas, mientras aplaudía entusiasmado.
Sin embargo, al poco tiempo de la demostración, algo extraño comenzó a suceder. Las criaturas que Webon había dibujado y traído a la vida empezaron a descontrolarse. La mariposa voló hacia un árbol y se quedó atrapada en las ramas, mientras un pequeño dragón que Webon había dibujado comenzó a soplar fuego.
- “¡Oh no, esto no es lo que quería! ” - exclamó Webon, preocupado.
- “Hay que ayudarlo! ” - gritó Sofía, mirando al dragón que intentaba volar pero provocaba pequeñas llamas.
Lucas y Oso, sin pensarlo dos veces, se unieron al rescate. Mientras tanto, Webon se sentó a pensar en cómo detener la confusión. Necesitaba aprender a controlar lo que había creado.
- “Perdón chicos, yo solo quería que todo fuera divertido…” - murmuró con tristeza.
- “No te preocupes, Webon. Vamos juntos a arreglarlo.” - dijo Lucas, decidido.
Con valentía, Sofía se dirigió al dragón, trató de calmarlo con palabras suaves.
- “¡Hola, dragón! No queremos hacerte daño, solo queremos que vuelvas a la casa donde perteneces.”
- “¡Rugido! ” - respondió el dragón, aunque su fuego empezó a disminuir.
Mientras tanto, Webon observó a sus amigos, notando que a veces la valentía no es hacer las cosas solo, sino contar con los otros.
Con una idea brillante en su mente, Webon tomó su lápiz y comenzó a dibujar de nuevo, esta vez un árbol enorme que se extendía desde el suelo hasta el cielo, con una puerta en su tronco. Al acabar, dijo:
- “¡Chicos, ayúdenme! Voy a dibujar un lugar seguro para que todos vuelvan.”
Con la ayuda de sus amigos, comenzó a dibujar un camino hacia el interior del árbol. La mariposa, al ver el camino, dejó de batir sus alas frenéticamente y comenzó a volar hacia el refugio, seguida muy de cerca por el dragón.
- “¡Lo logramos! ” - gritó Lucas, mientras Sol, el dragón, volaba por el pasillo que había creado.
Finalmente, cuando todos los dibujos estaban a salvo, Webon sintió un gran alivio.
- “Gracias, amigos. Aprendí que la creatividad requiere responsabilidad y sobre todo, trabajo en equipo.”
Sofía lo abrazó.
- “¡Eres un gran artista, Webon! Pero también eres un gran amigo.”
- “Sí, y eso siempre cuenta”, agregó Lucas.
Desde ese día, Webon decidió no solo crear sin pensar en las consecuencias, sino que también utilizó su magia para ayudar a su comunidad. Con sus amigos a su lado, se embarcaron en muchas aventuras, creando no solo dibujos asombrosos, sino también un mundo donde la imaginación, la amistad y la unión se volvían realidad. Y así, el pequeño pueblo, gracias a Webon, se convirtió en un lugar lleno de color y creatividad.
Fin.
FIN.