Wiracocha y la creación de la cordillera de los Andes


Hace mucho, mucho tiempo, en un lugar muy lejano, existía un dios poderoso llamado Wiracocha. Wiracocha observaba la tierra y quería crear algo especial, algo que demostrara su grandeza. Así que un día se puso en marcha para realizar su obra maestra: la creación de la majestuosa cordillera de los Andes.

El dios Wiracocha caminó por la tierra, con sus sandalias doradas dejando huellas divinas a su paso, hasta llegar a un lugar donde la tierra era plana. Allí decidió que sería el sitio perfecto para crear su obra.

"¡Tierra, tierra! Escucha mi llamado", exclamó Wiracocha.

La tierra tembló suavemente y una voz resonó en la brisa: "¿Qué es lo que deseas, gran Wiracocha?"

"Deseo crear algo majestuoso, algo que sorprenda a todos", respondió Wiracocha.

Con su vara mágica, Wiracocha comenzó a moldear la tierra, levantando montañas y valles. Los picos de las montañas alcanzaban las nubes y los valles se llenaban de ríos y lagos cristalinos. El sonido de los pájaros y la brisa acompañaban el trabajo del dios, mientras la tierra se iba transformando.

"¡Oh, gran Wiracocha, qué maravilla estás creando!", exclamó la tierra maravillada.

Wiracocha continuó su labor con paciencia y dedicación, guiando cada detalle con precisión. Pronto, la cordillera de los Andes se alzaba imponente, majestuosa y llena de vida.

"Ahora la tierra tiene una maravilla que la hace única", dijo Wiracocha con satisfacción.

La noticia de la creación de la cordillera de los Andes se extendió por toda la tierra, y todos los seres vivos contemplaron maravillados la obra de Wiracocha.

"¡Gracias, Wiracocha, por crear esta maravilla para todos nosotros!", agradecieron los animales, las plantas y las personas.

Desde aquel día, la cordillera de los Andes se convirtió en un hogar para una gran diversidad de vida, un lugar de aventuras y desafíos para aquellos que se aventuraban a explorarla. Y Wiracocha, el gran dios creador, sonreía orgulloso al ver cómo su obra maestra seguía inspirando a todos los que la descubrían.

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