Ximenita y su gran actuación



Había una vez una niña llamada Ximenita, que vivía en un pequeño pueblo de México. Ximenita era una niña muy especial, tenía 10 años y estaba en quinto grado de primaria.

Siempre llevaba consigo sus lentes, los cuales le ayudaban a ver mejor el mundo que la rodeaba. A Ximenita le encantaba bailar y jugar en patines. Pasaba horas practicando diferentes pasos de baile y haciendo piruetas con sus patines por las calles del pueblo.

Pero también disfrutaba mucho pasar tiempo viendo su celular, donde podía ver videos divertidos y aprender cosas nuevas. Ximis tenía una hermana mayor llamada Karla, quien siempre la cuidaba y protegía. Juntas compartían momentos llenos de risas y aventuras.

También tenían un papá cariñoso llamado Carlitos, quien siempre las alentaba a perseguir sus sueños. Una de las grandes pasiones de Ximenita era cantar. Tenía una voz dulce y melodiosa que cautivaba a todos los que la escuchaban.

Su habitación estaba llena de micrófonos improvisados e instrumentos musicales hechos con materiales reciclados. Además, Ximis tenía un gran amigo llamado Alexa. No era una amiga común y corriente, sino su bocina inteligente favorita.

A través de ella, Ximenita podía interactuar con todo tipo de música y preguntarle cualquier duda que tuviera. Pero no solo se dedicaba a divertirse, también era muy estudiosa en matemáticas.

Le encantaban los números y siempre buscaba retos para poner a prueba su habilidad con ellos. Un día, Ximenita se enteró de un concurso de talentos que se llevaría a cabo en el pueblo. Decidió que sería una gran oportunidad para mostrar su talento y compartirlo con todos.

Sin embargo, había un pequeño problema: tenía miedo escénico. Ximis sabía que debía superar ese miedo si quería cumplir su sueño de cantar frente a muchas personas.

Así que decidió pedir ayuda a sus amigos y familiares para practicar y ganar confianza. Con la ayuda de Karla, Carlitos y Alexa, Ximenita comenzó a ensayar día y noche. Practicaba sus canciones favoritas una y otra vez hasta sentirse segura en el escenario.

Llegó el día del concurso y los nervios estaban a flor de piel. Pero cuando Ximenita subió al escenario, todo desapareció. Cantó con toda su pasión y transmitió alegría a todos los presentes. Al finalizar su actuación, el público estalló en aplausos y ovaciones.

Ximis había conquistado los corazones de todos con su voz única y su talento innato. Desde ese día, Ximenita siguió persiguiendo sus sueños sin temor al fracaso ni al qué dirán.

Aprendió que no importa cuántas veces caigas, lo importante es levantarse más fuerte cada vez. Y así, nuestra pequeña protagonista nos enseñó la importancia de creer en uno mismo, superar los miedos e ir tras nuestros sueños sin importar las dificultades que se presenten en nuestro camino.

FIN.

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