Yamila, la heroína de las alas de mariposa



Había una vez en un bosque encantado, una pequeña ardilla llamada Yamila. A diferencia de las demás ardillas, Yamila tenía unas bellas y grandes orejas que parecían alas de mariposa.

Un día, mientras recolectaba nueces para el invierno, Yamila escuchó unos gritos de ayuda provenientes del otro lado del bosque. Intrigada por los sonidos, decidió seguirlos hasta encontrar a un pajarito atrapado en una rama. - ¡Ayuda! ¡Por favor ayúdame! -gritaba el pajarito.

Yamila no lo pensó dos veces y con sus grandes orejas alzó al pajarito y lo liberó de la rama. El pajarito estaba muy agradecido y le preguntó a Yamila cómo podía recompensarla.

- No necesito nada a cambio, solo me alegra haber podido ayudarte -respondió Yamila con una sonrisa. El pajarito quedó impresionado por la bondad de Yamila y se ofreció a enseñarle a volar como él.

Al principio, Yamila era un poco torpe y no lograba despegar del suelo, pero gracias al entrenamiento constante del pajarito fue mejorando cada vez más. Un día mientras practicaban juntos, escucharon unos gritos desesperados de otros animales del bosque que estaban siendo atacados por un zorro malvado.

Sin pensarlo dos veces, Yamila sabía que tenía que hacer algo para ayudarlos. Con sus grandes orejas como alas y su nuevo talento para volar gracias al entrenamiento del pajarito, Yamila se lanzó al rescate de los animales del bosque.

El zorro no esperaba que una pequeña ardilla pudiera ser tan valiente y habilidosa, y se rindió ante ella. A partir de ese día, Yamila se convirtió en la heroína del bosque encantado y todos los animales la admiraban por su coraje y bondad.

Aprendieron que no importa cuán pequeño o diferente seas, siempre puedes hacer una gran diferencia en el mundo si tienes un corazón valiente y generoso como el de Yamila.

Desde entonces, cada vez que alguien necesitaba ayuda en el bosque encantado, sabían que podían contar con la gran ardilla de las orejas como alas para salvarlos. Y así fue como Yamila enseñó a todos los animales del bosque que nunca debemos subestimar el poder de la amistad y la determinación.

FIN.

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