Yana y la Isla de la Salud


Había una vez una psicóloga llamada Carolina que tenía una cita muy especial. La chica con la que se reuniría se llamaba Yana y tenía 16 años.

A Yana le costaba mucho controlar dos manías que tenía: limpiarse las manos constantemente y contar sus pasos mientras caminaba. Carolina sabía que para ayudar a Yana, necesitaban hacer algo diferente, algo fuera de lo común.

Carolina decidió llevar a Yana en un viaje educativo para aprender sobre la importancia de la salud y cómo cuidarla adecuadamente. Juntas emprendieron un emocionante viaje hacia un lugar mágico llamado "La Isla de la Salud". Cuando llegaron a la isla, fueron recibidas por el Dr.

Saludito, un simpático personaje con bata blanca y estetoscopio alrededor del cuello. El Dr. Saludito les mostró diferentes lugares donde podían aprender sobre alimentación saludable, ejercicio físico y técnicas para mantenerse limpios sin obsesionarse. En el primer lugar que visitaron, conocieron al Sr.

Frutasito, quien les enseñó sobre los beneficios de comer frutas frescas todos los días.

Le explicó a Yana cómo las vitaminas contenidas en las frutas pueden fortalecer su sistema inmunológico y mantener sus manos sanas sin tener que lavarlas excesivamente. "Yana, ¿sabes qué? En lugar de lavarte las manos todo el tiempo, puedes comer frutas como manzanas o naranjas para mantenerlas limpias desde adentro", sugirió el Sr. Frutasito. Yana sonrió y prometió intentarlo.

En su siguiente parada, conocieron a la Sra. Energética, una animada instructora de ejercicios. La Sra. Energética les mostró diferentes actividades físicas divertidas que Yana podía hacer para distraerse y dejar de contar sus pasos todo el tiempo.

"Yana, en lugar de contar tus pasos, ¿qué tal si te unes a nuestra clase de baile? Podrás moverte al ritmo de la música y olvidarte de contar", propuso la Sra. Energética.

Yana aceptó emocionada y se dio cuenta de que bailar era mucho más divertido que contar pasos. En el último lugar que visitaron, conocieron al Señor Burbujitas, un experto en higiene personal. El Señor Burbujitas les enseñó a Yana diferentes técnicas para mantener sus manos limpias sin exagerar.

"Yana, puedes usar gel desinfectante cuando no haya agua disponible o simplemente lavarte las manos con agua y jabón durante 20 segundos", explicó el Señor Burbujitas. Yana asintió con entusiasmo y prometió seguir los consejos del Señor Burbujitas.

Después de pasar un día lleno de aprendizaje en "La Isla de la Salud", Carolina y Yana regresaron a casa. Durante el viaje, Yana se dio cuenta de lo importante que era cuidar su salud pero sin obsesionarse ni desarrollar manías dañinas.

A medida que pasaba el tiempo, Yana comenzó a aplicar lo aprendido en su vida diaria. Comenzó a comer frutas frescas regularmente, participaba en clases divertidas de baile para mantenerse activa y adoptó hábitos de higiene adecuados sin exagerar.

Poco a poco, las manías de Yana desaparecieron y se convirtió en una adolescente feliz y saludable. Estaba agradecida por el viaje que hizo con Carolina y por todos los conocimientos que había adquirido en "La Isla de la Salud".

Carolina también estaba muy orgullosa de Yana. Había logrado ayudarla a superar sus manías al enseñarle sobre la importancia de cuidarse correctamente. Y así, juntas, continuaron su camino hacia nuevas aventuras mientras compartían valiosas lecciones sobre salud y bienestar.

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