Yesly y su Gran Aventura Viaje
Había una vez, en un alegre vecindario de Buenos Aires, una niña llamada Yesly. Ella era conocida por su interminable sonrisa y su amor por los viajes. Desde muy chica, soñaba con recorrer el mundo y descubrir nuevos lugares, culturas y amigos. Un hermoso día de primavera, Yesly decidió que era el momento perfecto para comenzar su primera gran aventura.
- 'Mamá, hoy quiero viajar', le dijo a su mamá con ojos brillantes.
- '¿Y a dónde quieres ir, mi amor?', respondió su mamá, sonriendo.
- 'No sé, pero quiero ir a un lugar donde haya montañas, ríos y mucha naturaleza', contestó Yesly emocionada.
Así fue como Yesly y su mamá empacaron unas mochilas con deliciosos sándwiches, fruta fresca y muchas ganas de explorar.
Después de un rato de viaje, llegaron a un hermoso parque nacional lleno de árboles altos, arroyos burbujeantes y un sinfín de aves cantando. Yesly respiró hondo, sintiendo el aire fresco de la montaña.
- '¡Mirá, mamá!', gritó. '¡Todo es tan hermoso aquí!'
Mientras caminaban, Yesly oyó un ruido extraño detrás de un arbusto. Era un pequeño zorro que las miraba con curiosidad. Yesly, con su corazón lleno de alegría, se acercó lentamente.
- 'Hola, pequeño amigo, ¿te gustaría ser parte de nuestra aventura?', le dijo con dulzura. El zorro, un poco tímido pero intrigado, decidió seguirlas.
A medida que avanzaban, encontraron otros animales: un ciervo curioso, una bandada de patos que nadaban en un lago y un grupo de mariposas de colores que danzaban en el aire. Yesly se sentía tan feliz de conocer a todos estos nuevos amigos, y mientras jugaban juntos, se dio cuenta de que la verdadera aventura estaba en compartir momentos con ellos.
Sin embargo, mientras exploraban, se dieron cuenta de que había un problema. El arroyo se había desbordado y el camino hacia el bosque estaba bloqueado por troncos caídos y piedras. Yesly miró a su mamá, que parecía preocupada.
- '¿Qué haremos ahora?', preguntó Yesly con un tono esperanzado.
- 'No te preocupes, un buen aventurero siempre encuentra una solución', dijo su mamá. Entonces, Yesly tuvo una idea.
- 'Podríamos construir un pequeño puente con estas ramas que encontramos por ahí. ¡Así podremos seguir explorando!', sugirió Yesly, con su espíritu creativo brillando.
- '¡Esa es una gran idea, Yesly! Trabajaremos juntos', respondió su mamá entusiasmada.
Y así, Yesly, su mamá, y el pequeño zorro comenzaron a recoger ramas y piedras. Trabajaron juntos, riendo y ayudándose mutuamente, haciendo que la tarea fuera divertida. Finalmente, lograron construir un pequeño puente que les permitió cruzar el arroyo.
- '¡Lo conseguimos!', gritaron juntas, y el zorro aulló de felicidad.
Al otro lado, encontraron un hermoso campo lleno de flores de todos los colores. Yesly se tumbó en la hierba entre las flores, mirando el cielo azul y sintiendo que todo era posible.
- 'Mirá, mamá, ¡esto es como un mundo de sueños! Gracias por este día tan maravilloso', dijo Yesly.
- 'Tú lo hiciste posible, mi cielo. Recordá siempre que los desafíos son solo oportunidades disfrazadas', respondió su mamá, acariciándole el cabello.
Así, Yesly aprendió que, aunque el camino puede tener obstáculos, la felicidad está en cómo enfrentamos esos desafíos y en la compañía de aquellos que amamos.
Ya entrada la tarde, teniendo tantas historias que contar y un corazón lleno de alegría, Yesly y su mamá regresaron a casa, con la promesa de que su próxima aventura no tardaría en llegar.
FIN.