Yobely y la búsqueda en el Bosque Encantado
Había una vez una niña llamada Yobely que estaba muy emocionada por su primer día de clases. Se levantó temprano, se puso su uniforme nuevo y desayunó con alegría. Tomó su mochila y salió corriendo hacia la escuela.
El camino hacia la escuela era largo pero hermoso. Tenía que atravesar un bosque llamado Alto Huacamayo. El bosque estaba lleno de árboles altos, flores coloridas y animales curiosos.
A Yobely le encantaba caminar por allí todos los días. Pero en ese día especial, algo inesperado ocurrió. Mientras caminaba distraída, siguiendo el camino habitual, se tropezó con una piedra y cayó al suelo.
Cuando se levantó, se dio cuenta de que no reconocía el lugar en absoluto. - ¡Ay! ¿Dónde estoy? - exclamó Yobely asustada. Miraba a su alrededor pero todo parecía diferente. Los árboles eran más grandes y frondosos, las flores tenían colores más vibrantes y los animales parecían desconcertados también.
Yobely comenzó a caminar en busca del camino de regreso a casa o hacia la escuela, pero cuanto más avanzaba, más perdida se sentía. - ¿Qué voy a hacer ahora? - susurraba Yobely mientras lágrimas caían por sus mejillas.
Justo cuando pensaba que no había esperanza de encontrar el camino de vuelta, escuchó un ruido extraño entre los arbustos cercanos. Con cautela se acercó para investigar y descubrió a un pequeño mapache llamado Rocco.
- ¡Hola! ¿Estás perdida? - preguntó el mapache con curiosidad. - Sí, me llamo Yobely y no sé cómo volver a casa o encontrar la escuela - respondió ella con tristeza.
Rocco sonrió y dijo: - No te preocupes, yo conozco este bosque como la palma de mi pata. Te ayudaré a regresar a casa. Y así comenzó una aventura inesperada para Yobely y Rocco. Caminaron juntos explorando el bosque, siguiendo pistas naturales como huellas de animales y marcas en los árboles.
Cada paso que daban les acercaba más al camino correcto. Durante su recorrido, se encontraron con otros animales amigables que también quisieron ayudarlos.
Un pájaro carpintero les indicó la dirección correcta golpeando un árbol con su pico; una familia de conejos les mostró un atajo por entre los arbustos; y unas ardillas traviesas saltaron de rama en rama para guiarlos hacia el camino principal.
Finalmente, después de muchas horas de caminar juntos, Yobely vio algo familiar a lo lejos: era su casa. La emoción llenó su corazón mientras abrazaba a Rocco y le daba las gracias por haberla acompañado en esa gran aventura.
Al día siguiente, cuando llegó a la escuela, todos estaban sorprendidos al escuchar sobre la valiente travesía de Yobely por el bosque Alto Huacamayo. Su maestra la felicitó y le dio una medalla especial por su espíritu aventurero y su determinación para encontrar el camino de regreso.
Desde ese día, Yobely nunca más se perdió en el bosque. Pero siempre recordaría la lección que aprendió: no importa cuán difícil parezca, siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos si nos atrevemos a buscarlo.
Yobely también aprendió que los desafíos pueden convertirse en oportunidades para crecer y descubrir cosas nuevas. Y así, con una sonrisa en su rostro, Yobely siguió caminando por el bosque Alto Huacamayo cada mañana, saludando a sus amigos animales mientras disfrutaba de las maravillas de la naturaleza.
FIN.