Yobely y la selva sanadora


Había una vez una niña llamada Yobely, que vivía en un pequeño pueblo en Argentina. Su mamá estaba enferma y Yobely sabía que en la selva del Perú había plantas medicinales que podrían ayudarla a sanar.

Así que decidió emprender un viaje valiente y aventurero hacia la selva. Yobely se despidió de su familia y partió rumbo al Perú.

Llegó a la selva llena de entusiasmo, pero pronto se dio cuenta de lo vasta y densa que era. Sin embargo, no dejó que eso la detuviera y comenzó su búsqueda. Mientras caminaba por el espeso bosque, se encontró con un mono muy juguetón llamado Chimbote.

El mono saltaba entre las ramas y parecía conocer bien el lugar. "¡Hola! ¿Estás perdida?" -preguntó Chimbote con curiosidad. "Sí, estoy buscando plantas medicinales para mi mamá", respondió Yobely. Chimbote sonrió sabiamente y dijo: "Te ayudaré a encontrarlas, pero primero debes superar algunos desafíos".

Intrigada por los desafíos propuestos por Chimbote, Yobely aceptó emocionada. Juntos se adentraron más en la selva. El primer desafío fue cruzar un río caudaloso. Yobely no sabía nadar muy bien, pero Chimbote le enseñó cómo flotar usando hojas grandes como balsas improvisadas.

Después de cruzar el río exitosamente, llegaron al segundo desafío: una cueva oscura y misteriosa. Yobely estaba asustada, pero Chimbote la alentó a seguir adelante.

Usando una antorcha, exploraron la cueva y descubrieron un tesoro escondido: una planta medicinal muy valiosa. "¡Lo encontramos! ¡Esta planta ayudará a mi mamá!" -exclamó Yobely emocionada. Pero su alegría se vio interrumpida por un rugido fuerte que provenía de la selva.

Era un tigre enorme que se acercaba rápidamente hacia ellos. Yobely y Chimbote corrieron tan rápido como pudieron para escapar del peligro. Finalmente, llegaron al último desafío: una montaña empinada que parecía imposible de escalar. Pero Yobely no se rindió.

Con determinación, escaló la montaña con la ayuda de Chimbote, quien le mostró los mejores lugares para agarrarse. Al llegar a la cima de la montaña, Yobely encontró las últimas plantas medicinales que necesitaba para su mamá.

Estaba llena de felicidad y gratitud hacia Chimbote por haberla guiado en esta aventura increíble. De vuelta en casa, Yobely preparó las plantas medicinales siguiendo cuidadosamente las instrucciones de los curanderos locales.

Pronto notó mejorías en la salud de su mamá, quien poco a poco comenzó a recuperarse gracias al poder curativo de las plantas medicinales recolectadas por su hija valiente. Y así fue como Yobely aprendió sobre el valor del coraje, la perseverancia y el trabajo en equipo.

Nunca olvidó la amistad y ayuda de Chimbote, el mono juguetón que se convirtió en su compañero inseparable. Desde aquel día, Yobely se convirtió en una joven curandera y ayudó a muchas personas con sus conocimientos sobre plantas medicinales.

Siempre recordaba su aventura en la selva del Perú y cómo descubrió el poder de las plantas para sanar.

Y así, la historia de Yobely se convirtió en un legado inspirador para las generaciones venideras, enseñándoles que incluso en los momentos más difíciles, nunca debemos rendirnos y siempre debemos luchar por lo que amamos.

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