Yuledy y la aventura tecnológica de Lola
Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Amistad, una niña llamada Yuledy.
Yuledy era conocida por ser muy amigable, siempre dispuesta a ayudar a los demás y con una sonrisa que iluminaba a todos los que la rodeaban. Sin embargo, Yuledy tenía una debilidad: la tecnología. No entendía mucho de computadoras, teléfonos celulares o cualquier aparato electrónico.
Un día, en la escuela de Villa Amistad, se anunció un concurso de ciencias en el que los estudiantes debían presentar un proyecto utilizando la última tecnología. Yuledy se sintió nerviosa al enterarse, ya que sabía que no se le daba bien ese tipo de cosas.
A pesar de eso, decidió intentarlo y buscar ayuda entre sus amigos. -¡Hola Yuledy! ¿En qué puedo ayudarte? -preguntó su mejor amiga Lola al verla preocupada. -Yo...
yo necesito hacer un proyecto para el concurso de ciencias, pero es sobre tecnología y no sé por dónde empezar -respondió Yuledy con tristeza. Lola sonrió y le dio ánimos a su amiga. Juntas se pusieron manos a la obra y comenzaron a investigar sobre diferentes temas relacionados con la tecnología.
Poco a poco, Yuledy fue entendiendo más y más gracias a la paciencia y explicaciones claras de Lola. Finalmente, llegó el día del concurso y Yuledy y Lola presentaron su proyecto ante los jueces.
A pesar de estar nerviosa, Yuledy habló con seguridad sobre todo lo que habían aprendido juntas. Para sorpresa de todos, su proyecto resultó ser uno de los más innovadores y creativos del concurso. -¡Felicidades chicas! Su proyecto ha sido seleccionado como ganador del concurso -anunció uno de los jueces emocionado.
Yuledy no podía creerlo. Había logrado superar su miedo a la tecnología gracias al apoyo incondicional de su amiga Lola.
Desde ese día, se dio cuenta de que las debilidades pueden convertirse en fortalezas si uno tiene amigos que lo apoyen en el camino. Y así, Yuledy siguió siendo conocida en Villa Amistad por su compañerismo, sociabilidad y responsabilidad; pero también por haber descubierto que no hay límites cuando se tiene el apoyo adecuado para enfrentar nuestros miedos.
FIN.