Zafiro y el don de la prudencia


Había una vez en el bosque encantado de Villa Madera, un pequeño zorrito llamado Zafiro. Zafiro era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas para vivir.

Un día, mientras exploraba cerca del río de aguas cristalinas, se encontró con un hada madrina que le dijo:"Hola, querido Zafiro. He oído hablar de tus ansias de vivir nuevas experiencias. Tengo algo especial para ti.

"Zafiro levantó sus orejitas con emoción y preguntó: "¿Qué es lo que tienes para mí, hada madrina?"El hada sacó una varita mágica brillante y le dijo:"Con esta varita podrás hacer realidad un deseo muy importante. Pero debes usarlo sabiamente.

"Zafiro no podía creer su suerte y pensó detenidamente en qué desearía. Después de darle muchas vueltas, decidió pedir:"Quisiera volar como los pájaros para poder ver todo el bosque desde arriba.

"El hada sonrió y movió la varita mágica sobre Zafiro, quien comenzó a sentir cómo sus patitas se elevaban del suelo y ¡empezaba a volar! Era una sensación indescriptible, sentir el viento acariciando su pelaje mientras surcaba los cielos.

Zafiro pasaba horas volando sobre los árboles, saludando a las aves y disfrutando de la vista panorámica del bosque. Sin embargo, un día oscuro y ventoso, mientras volaba cerca de las montañas prohibidas del norte, una ráfaga de viento fuerte lo desvió de su camino y lo llevó directo hacia una cueva oscura.

Aterrado por la oscuridad que reinaba en la cueva, Zafiro intentaba salir volando pero descubrió horrorizado que había perdido el don de volar al haber salido fuera del alcance del hechizo del hada madrina.

Atrapado en la cueva sin poder salir volando ni encontrar la salida a pie, Zafiro recordó las palabras sabias del hada madrina sobre usar sus deseos con cuidado. Se prometió a sí mismo ser más prudente en el futuro y buscar soluciones con astucia.

Decidiendo no rendirse ante la adversidad, Zafiro exploró cada rincón oscuro de la cueva hasta encontrar una salida secreta detrás de una cascada escondida. Con valentía y determinación logró escapar finalmente.

Una vez afuera sano y salvo prometió nunca más desear algo tan impulsivamente sin pensar en las consecuencias. Agradecido por haber aprendido esa lección invaluable gracias a su aventura en la cueva oscura. Desde entonces siguió explorando Villa Madera con prudencia pero sin perder nunca su espíritu aventurero.

Y colorín colorado este cuento ha terminado.

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