Zara y el Dragón de los Sueños



En un pequeño pueblo rodeado de colinas azules y ríos brillantes, vivía Zara, una niña especial. A pesar de ser ciega y no poder caminar, Zara poseía una imaginación desbordante y un corazón lleno de valentía. Cada mañana, su papá la llevaba al jardín, y desde allí, ella soñaba con lugares mágicos lejos de su realidad.

Un día, mientras escuchaba el canto de las aves, escuchó un sonido lejano que la hizo sonar su campana de cristal. Con su corazón acelerado, exclamó:

"¿Quién anda ahí?"

Fue entonces cuando apareció Calantha, un hada resplandeciente, con alas que brillaban como estrellas.

"¡Hola, Zara! Soy Calantha, y he venido a llevarte a una aventura mágica. ¿Quieres conocer el Reino de los Dragones?"

Zara, emocionada, respondió:

"¡Sí! ¡Quiero ver el Reino de los Dragones!"

Calantha agitó su varita, y en un destello de luz, Zara se encontró transportada a un lugar lleno de colores vibrantes y criaturas fantásticas. Al llegar, conoció a Drago, un dragón amistoso de escamas doradas que tenía un secreto: podía ayudar a las personas a hacer realidad sus sueños.

"¡Hola, Zara! He oído hablar de ti. Dicen que tienes una gran imaginación. ¿Cuál es tu sueño?"

Zara le explicó que siempre había querido correr por praderas llenas de flores y ver el mundo desde lo alto de una montaña.

"¡Vamos a hacerlo realidad!" dijo Drago, mientras daba un suave golpe con su cola, creando una suave brisa mágica.

A medida que volaban, Zara sentía el viento en su cara y las fragancias de las flores que rodeaban el camino. Sin embargo, en medio de su alegría, ella recordó a su papá, que a menudo se preocupaba por ella.

"Drago, ¿crees que mi papá se enojará si me ve volar?"

Drago miró a Zara con comprensión:

"Quizás sea tiempo de que él también entienda tus sueños, y que pueden ser tan grandes como quieras."

Llenos de valentía, decidieron regresar juntos al pueblo para mostrarle a su papá lo que Zara podía hacer. Zara pidió a Calantha que la ayudara a preparar todo. Al llegar de nuevo, su papá estaba en el jardín, viendo hacia el suelo, preocupado y desalentado. Zara lo llamó desde el aire:

"¡Papá! ¡Mirá lo que puedo hacer!"

Él levantó la vista y se sorprendió al ver a su hija volando con el dragón y el hada. Su corazón se llenó de asombro y emoción.

"¿Zara? ¿Eres tú?"

Zara aterrizó suavemente y sonriendo le dijo:

"Papá, no dejes que mi discapacidad me defina. Puedo lograr todo lo que me propongo. Dime, ¿me ayudarías a hacer mis sueños aún más grandes?"

Su papá, abrumado por el amor y la esperanza de su hija, se dio cuenta de cuánto la había subestimado:

"Zara, lamento no haberte creído capaz. Te prometo que estaré a tu lado en cada aventura."

Desde ese día, Zara y su papá comenzaron a explorar juntos su mundo mágico. Con Drago y Calantha a su lado, bombearon nuevos sueños, más grandes que nunca, y Zara aprendió que no había límites cuando se creía en uno mismo.

La historia de Zara se llenó de alegrías y aventuras donde nunca dejó que su condición la definiera. Su papá, ahora un gran aliado, se unió a ella en cada paso, convencido de que juntos podían vencer cualquier desafío que la vida les presentara. Así, la niña que soñaba se convirtió en la niña que volaba.

FIN.

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