Zenaida y el vuelo de la valentía


Había una vez una niña llamada Zenaida que vivía en un hermoso pueblo rodeado de árboles y jardines. A Zenaida le encantaba jugar al aire libre, pero tenía un problema: le tenía mucho miedo a las palomas.

Cada vez que veía una paloma volando cerca de ella, se ponía muy nerviosa y empezaba a temblar. Incluso había veces en las que no podía salir a jugar porque tenía miedo de encontrarse con alguna paloma en el camino.

Zenaida se sentía muy triste por su problema y no sabía qué hacer al respecto. Un día, mientras estaba sentada en un banco del parque, su amiga Marcia se acercó corriendo.

- ¡Hola Zenaida! ¿Qué te pasa? Te veo muy triste -dijo Marcia preocupada. - Hola Marcia -respondió Zenaida suspirando-. Estoy triste porque tengo mucho miedo a las palomas. Me da tanto miedo que no puedo disfrutar del parque como los demás niños.

Marcia escuchó atentamente y luego sonrió con ternura. - No te preocupes, Zenaida. Estoy segura de que podemos encontrar una forma de ayudarte a superar tu miedo. Marcia era una niña valiente e inteligente, siempre dispuesta a ayudar a sus amigos.

Juntas idearon un plan para enfrentar el miedo de Zenaida. El primer paso fue investigar sobre las palomas. Marcia encontró libros y páginas web donde aprendieron muchas cosas interesantes sobre estas aves: cómo viven, qué comen y cómo se comportan.

Después, decidieron visitar el parque todos los días durante una semana para observar a las palomas desde lejos. Marcia explicaba a Zenaida cómo se movían, cómo buscaban comida y cómo volaban en el cielo.

Poco a poco, Zenaida comenzó a sentirse más cómoda al ver a las palomas desde la distancia. Ya no temblaba tanto y su miedo empezaba a disminuir. El siguiente paso fue acercarse un poco más.

Marcia llevó algunas migas de pan al parque y juntas alimentaron a las palomas mientras observaban su comportamiento de cerca. Zenaida estaba nerviosa al principio, pero viendo que las palomas solo querían comer y no hacerle daño, se relajó un poco más cada día.

Finalmente, llegó el momento clave del plan de Marcia. Decidieron que era hora de enfrentar el miedo cara a cara. Juntas se acercaron lentamente hacia una paloma que estaba cerca del banco donde solían sentarse. - Tranquila Zenaida -dijo Marcia con calma-.

Las palomas son inofensivas, no te harán daño. Zenaida respiró hondo y extendió su mano para tocar suavemente la cabeza de la paloma. Para su sorpresa, la paloma no hizo nada malo, simplemente siguió comiendo sin prestarle mucha atención.

Desde ese día, Zenaida dejó atrás su miedo a las palomas. Ahora podía disfrutar plenamente del parque junto con sus amigos sin preocuparse por encontrar alguna de esas aves volando cerca de ella.

Marcia demostró que una buena amiga siempre está dispuesta a ayudar en los momentos difíciles y enseñar cosas nuevas. Además, Zenaida aprendió que enfrentar nuestros miedos puede ser difícil, pero al final siempre vale la pena.

Y así, Zenaida y Marcia continuaron jugando en el parque sin miedo a las palomas, creando bellos recuerdos juntas y disfrutando de cada día como verdaderas amigas.

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