Zoe vence la leucemia


Había una vez una niña llamada Zoe que amaba jugar al aire libre, correr y saltar en el parque con sus amigos.

Pero un día, se empezó a sentir cansada todo el tiempo y no podía hacer las cosas que más le gustaban. Su mamá la llevó al médico y después de hacerle muchos estudios, descubrieron que Zoe tenía leucemia.

La noticia fue muy difícil para la familia de Zoe, pero ella decidió que iba a luchar contra la enfermedad con todas sus fuerzas. Zoe comenzó su tratamiento de quimioterapia y radioterapia en el hospital.

Fue un tiempo difícil para ella porque muchas veces se sentía mal y triste por no poder estar en casa o jugar con sus amigos. Pero su familia siempre estaba ahí para apoyarla y animarla. Un día, mientras estaba recibiendo su tratamiento en el hospital, conoció a una enfermera llamada Ana.

Ana era muy amable y divertida, contándole historias graciosas sobre su vida como enfermera. Poco a poco, Zoe empezó a sentirse mejor gracias al cariño de Ana. "Hola Zoe ¿cómo te sientes hoy?" -preguntaba Ana cada vez que visitaba la habitación de Zoe.

"Hoy me siento mejor gracias a ti" -respondió Zoe sonriendo. Con el tiempo, las sesiones de quimioterapia fueron disminuyendo hasta llegar al final del tratamiento.

Pero justo cuando todos pensaron que lo peor había pasado, tuvieron otra mala noticia: los resultados mostraban que la leucemia seguía presente en su cuerpo. Zoe se sintió desanimada e impotente ante esta situación pero recordando el cariño y las historias de Ana, decidió que no iba a rendirse.

Así que comenzó una nueva etapa del tratamiento con más fuerza que nunca. "Zoe, sé que esto es difícil pero tienes que seguir luchando" -dijo su mamá. "Lo sé mamá, voy a hacer todo lo posible para vencer esta enfermedad" -respondió Zoe decidida.

Con el apoyo de su familia, amigos y la enfermera Ana, Zoe continuó su tratamiento con mucha dedicación y esperanza. Poco a poco empezó a recuperar su energía y sus ganas de jugar al aire libre.

Finalmente llegó el día en que los resultados mostraron que la leucemia había desaparecido por completo del cuerpo de Zoe. Fue una gran alegría para todos quienes la rodeaban. "¡Mamá! ¡Puedo volver al parque a correr!" -exclamaba Zoe emocionada.

"¡Claro hija! Vamos juntas" -respondió su mamá sonriendo. Zoe aprendió mucho durante ese tiempo difícil en el hospital: aprendió sobre perseverancia, amistad y amor.

Y gracias a eso pudo superar la leucemia y volver a hacer lo que más amaba: jugar al aire libre con sus amigos.

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