Zorg, el alienígena gracioso



Había una vez un pequeño alienígena llamado Zorg que vivía en el planeta Zor. A diferencia de los demás alienígenas, a Zorg le encantaba hacer reír a la gente y siempre estaba buscando maneras de hacerlo.

Un día, mientras exploraba el universo en su nave espacial, Zorg se encontró con un grupo de niños jugando en un parque. Se acercó a ellos y les preguntó si querían jugar con él.

- ¡Sí! ¡Claro que sí! - respondieron los niños emocionados. Zorg comenzó a hacer trucos divertidos con sus tentáculos y a contarnos chistes tontos que hacían reír a los niños sin parar.

Pero entonces, algo sorprendente sucedió: uno de los niños le preguntó a Zorg por qué era tan gracioso todo el tiempo. Zorg pensó en la pregunta durante unos segundos antes de responder: "Porque creo que la risa es una forma maravillosa de conectarnos como seres vivos".

Los ojos del niño se iluminaron al escuchar estas palabras sabias y desde ese momento todos los niños comenzaron a ver al pequeño alienígena con otros ojos. Juntos pasaron horas jugando y riendo hasta que llegó el momento de despedirse.

Antes de partir, Zorg les hizo una promesa: volvería pronto para seguir haciendo reír a los niños y recordándoles lo importante que es disfrutar cada momento.

Desde aquel día, cada vez que alguien necesitaba un poco más de alegría en sus vidas, miraban hacia las estrellas esperando ver aparecer la nave espacial del divertido alienígena Zorg. Y aunque nunca sabían cuándo volvería, siempre se sentían mejor sabiendo que él estaba por ahí, haciendo reír a alguien más en algún lugar del universo.

FIN.

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