Alicia y el Jardín de los Sueños



Alicia estaba sentada bajo un árbol en el jardín de su casa cuando de repente vio un conejo blanco con un chaleco y un reloj. Intrigada, decidió seguirlo. El conejo corría rápido y, cuando Alicia se acercó, él exclamó: "¡Estoy muy atrasado! ¡Estoy muy atrasado!". Sin pensarlo dos veces, Alicia saltó detrás de él y, de repente, se encontró cayendo por un túnel muy largo.

Al llegar al fondo, se encontró en un lugar mágico, lleno de colores y criaturas fantásticas. En ese instante, un pájaro azul se le acercó volando. "Bienvenida al País de los Sueños, Alicia. Aquí todo es posible. ¿Qué te gustaría hacer?".

Alicia no sabía qué responder. En ese momento, un sombrero loco apareció al lado de ella. "¡Yo lo sé! Ella debe ir a la Fiesta del Te, donde todos los sueños se hacen realidad. Pero debe ir rápido, porque la fiesta está por comenzar".

Alicia, emocionada, decidió seguir al pájaro y al sombrero loco. Pasaron por un jardín lleno de flores que hablaban. "¿No entiendes? Cada flor tiene una historia", dijo una rosa roja. "Nos cuentan sus sueños y nosotros florecemos más hermosas".

Alicia, curiosa, les preguntó: "¿Y cómo se hacen realidad esos sueños?". Una flor amarilla respondió: "Con amor y esfuerzo. Nunca dejes de soñar, pequeña".

Continuaron su camino y llegaron a una mesa enorme donde el sombrero loco estaba preparando el té. "¿Te gusta el té, Alicia?".

"Me encanta, pero no sé cuál elegir".

"Elige el que más te llame la atención, pero recuerda que cada elección tiene un sabor diferente, así como en la vida".

Alicia tomó una taza y, mientras disfrutaba del té, se dio cuenta de que en la mesa estaban todos sus personajes favoritos: el gato sonriente, el rey de corazones y la reina de corazones. "¿Qué piensan ustedes de los sueños?" preguntó.

"Los sueños deben ser perseguidos, no importa cuán lejanos parezcan. Siempre hay un camino", respondió el gato con una gran sonrisa.

De repente, el sombrero loco dijo: "¡Atención! Es hora del juego de las cartas. Pero hay un problema, necesitamos a alguien que crea en sí misma".

Alicia miró a su alrededor y se dio cuenta de que todos en la mesa estaban mirándola. "¿Yo?".

"Sí, tú... ¡Tú puedes hacerlo! Los sueños son para aquellos que se atreven a perseguirlos". La reina de corazones se levantó "Vamos, Alicia, ¡ven a jugar!"

Así que Alicia se unió al juego y, con cada movimiento, se hacía más segura de sí misma. Ganó el juego y todos celebraron, pero la reina de corazones se acercó y dijo: "No sólo ganaste este juego, ganaste la confianza en ti misma. Y eso es lo que más importa".

Después de una tarde llena de diversión, Alicia salió de la fiesta con una gran sonrisa en su rostro. Sabía que, aunque volvería a su hogar, siempre llevaría consigo las lecciones aprendidas en el País de los Sueños. Las flores le habían enseñado sobre el amor, el sombrero loco sobre la elección y el gato sonriente sobre la confianza.

Entonces, con un mágico chasquido de dedos, Alicia se encontró nuevamente bajo el árbol del jardín. Miró a su alrededor, sonriendo, y sintió que cada día estaba llena de oportunidades.

"¡Quiero seguir soñando y persiguiendo mis sueños!" exclamó. Y así, con una nueva luz en su corazón y una sonrisa en su rostro, corrió hacia adelante, lista para explorar el mundo y hacer su propio camino, con la certeza de que lo que soñara, podría hacerlo realidad.

FIN.

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