Álvaro y la Pesadilla Vencida



Había una vez un niño llamado Álvaro, a quien le encantaba observar las estrellas y soñar con los planetas. Una noche, sin embargo, tuvo una pesadilla muy espantosa: soñó que el mundo se estaba acabando.

Álvaro se despertó sobresaltado y asustado. Corrió hacia la habitación de sus padres buscando consuelo. Su mamá lo abrazó con cariño y le dijo: "Tranquilo, mi amor, solo fue una pesadilla".

Pero Álvaro no podía quitarse de la cabeza esa terrible visión del fin del mundo. Durante el día, miraba preocupado el cielo y preguntaba a todos si creían que su sueño podía hacerse realidad. Un día, mientras caminaba por el parque pensativo, escuchó risas y juegos a lo lejos.

Se acercó curioso y vio a un grupo de niños construyendo un fuerte con ramas y hojas. "¿Qué están haciendo?", preguntó Álvaro. "Estamos construyendo nuestro refugio secreto", respondieron los niños. "¿Refugio? ¿Por qué?" preguntó intrigado Álvaro.

"Para protegernos en caso de una tormenta o cualquier cosa que pueda pasar", explicaron los niños. Álvaro entendió entonces que era importante estar preparados para cualquier situación adversa.

Decidió unirse a los niños en la construcción del refugio y juntos pasaron horas divertidas trabajando en equipo. Al terminar, se sentaron dentro del fuerte improvisado y contemplaron el atardecer.

Fue entonces cuando Álvaro comprendió que aunque existieran situaciones difíciles o temores como su pesadilla sobre el fin del mundo, siempre había formas de enfrentarlas juntos y encontrar soluciones creativas. Esa noche, antes de dormir, Álvaro miró por la ventana hacia las estrellas y sintió paz en su corazón.

Sabía que no importaba cuán grande o aterrador pareciera un problema; siempre habría amigos dispuestos a ayudarlo a encontrar una salida. Y así, con esa nueva perspectiva llena de esperanza e inspiración, Álvaro cerró los ojos y se sumergió en un sueño tranquilo lleno de aventuras por descubrir.

Porque al final del día, lo más importante era recordar que nunca estamos solos frente a nuestros miedos; siempre hay alguien cerca listo para brindarnos apoyo y amistad incondicional.

FIN.

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