Amelia, la guardiana del bosque
Había una vez, en un planeta llamado Tierra, una niña llamada Amelia. Amelia vivía en una pequeña cabaña en medio de un bosque encantado.
Desde muy pequeña, a Amelia le encantaba pasar sus días cuidando y jugando con los animales que habitaban el bosque. Un día soleado, mientras paseaba por el bosque, Amelia escuchó unos llantos provenientes de un arbusto cercano. Se acercó con curiosidad y descubrió a un pequeño zorrito atrapado entre las ramas.
Sin dudarlo, Amelia ayudó al zorrito a liberarse y lo llevó a su cabaña para curar sus heridas. El zorrito, agradecido por la ayuda de Amelia, decidió quedarse junto a ella y juntos se convirtieron en grandes amigos.
Todos los días exploraban el bosque juntos, descubriendo nuevos rincones y ayudando a otros animales que necesitaban ayuda.
Un día de tormenta, cuando el viento soplaba fuerte y la lluvia caía sin cesar, un grupo de conejitos se acercó tambaleándose a la cabaña de Amelia. Estaban asustados y buscaban refugio. Sin pensarlo dos veces, Amelia les abrió las puertas de su hogar y los acogió con cariño hasta que pasara la tormenta. "Gracias por ayudarnos", dijeron los conejitos temblorosos.
"No hay nada que agradecer", respondió Amelia con una sonrisa cálida. "En este bosque todos somos amigos y nos cuidamos mutuamente".
Con el paso del tiempo, la fama de la niña bondadosa que cuidaba del bosque se extendió por todo el lugar. Animales de todas partes llegaban buscando su ayuda y compañía. Y así, entre risas y aventuras, Amelia se convirtió en la guardiana del bosque más querida por todos. Y colorín colorado...
esta historia llena de amistad y valentía ha terminado. Pero recuerda que en algún lugar del mundo puede haber una niña como Amelia cuidando con amor a los seres vivos que comparten nuestro planeta Tierra.
FIN.