Amigos de Corazón



Era un día soleado en la ciudad de Rincón, donde vivían dos amigos muy especiales: Frentoncito y Cachetillos. Frentoncito era un niño con una frente amplia y un gran corazón que siempre estaba listo para ayudar. Por otro lado, Cachetillos era una niña con mejillas redondas y sonrojadas que iluminaban el día de cualquiera con su risa contagiosa.

Cada vez que podían, se encontraban en el parque de la ciudad para compartir risas y aventuras. Pero había un secreto que solo Cachetillos guardaba: estaba enamorada de Frentoncito. A su vez, él también sentía lo mismo, aunque no se atrevían a decírselo. Sin embargo, había algo más que ocupaba el tiempo de Frentoncito: su deber de ser un héroe que salvaba al mundo de peligros.

Una tarde, mientras Cachetillos estaba sentada en una banca del parque, mirando pasar las nubes, de repente escuchó una algarabía. Un grupo de niños corría asustado, y uno de ellos gritó:

"¡Cachetillos! ¡Frentoncito ha desaparecido! ¡Necesitamos su ayuda!"

Cachetillos sintió un nudo en el estómago. Sin pensarlo dos veces, se levantó y determinó que tenía que encontrarlo. Caminó por toda la ciudad, preguntando por él. Finalmente, un anciano le dijo:

"Lo vi en el taller de Don Pedro, parece que está ayudando a unos perritos atrapados en una jaula."

Cachetillos corrió al taller y, efectivamente, encontró a Frentoncito, que estaba intentando liberar a los animalitos. Al verlo, sus mejillas se sonrojaron y su corazón dio un brinco.

"¡Frentoncito!" - gritó al verlo.

"¡Cachetillos! ¡Vine a ayudar a estos perritos!" - respondió él, con una sonrisa que hizo brillar a Cachetillos.

Sin embargo, mientras trabajaban juntos, un gran ruido retumbó. Era un villano conocido como El Ruidoso, que había decidido hacer de las suyas en la ciudad.

"¡Mirá!" - exclamó Frentoncito "¡Debemos detenerlo!"

Cachetillos sintió que su corazón palpitaba con fuerza. Estaba asustada, pero decidió que debía acompañar a su amigo. Juntos, corrieron hacia el lugar donde el villano andaba robando los instrumentos musicales de la plaza.

Al llegar, Cachetillos notó que El Ruidoso estaba demasiado distraído mientras trataba de esconder el último saxofón en su mochila. Entonces, con una idea brillante, dijo:

"Frentoncito, tengo un plan. Yo hablaré con él y lo distraeré mientras vos lo atrapas."

"¡Es una gran idea!" - asintió Frentoncito, entusiasmado.

Cachetillos se acercó al villano, con toda su valentía:

"¡Hola, El Ruidoso! ¿Sabías que hacer ruido puede ser divertido? Pero también hay que dejar que la música suene!"

"¿Qué?" - respondió confuso El Ruidoso.

Aprovechando la distracción, Frentoncito se acercó sigilosamente y, con un movimiento rápido, logró atrapar al villano. Al rescatar todos los instrumentos, la plaza vibró de música nuevamente.

"¡Lo logramos, Cachetillos!" - exclamó Frentoncito, lleno de alegría.

"¡Sí! Pero cada vez que te vas, me queda un vacío en el corazón..." - confesó Cachetillos, con timidez.

"Yo también te extraño mucho, Cachetillos. Eres una amiga increíble y quiero que esto siga... ¡aunque sea como amigos!" - dijo Frentoncito, sonrojándose.

Cachetillos sonrió y sintió mariposas en su pancita. Pero no eran todas las mariposas que traía en su corazón las que la preocupaban. También sabía que cada vez que Frentoncito partía, él seguía siendo su héroe. Así que tomó una decisión.

"Y si un día te convertís en más que un amigo... ¡yo estaré lista!" - expresó con valentía Cachetillos.

Frentoncito, conmovido, le tomó la mano y sonrió.

"¡Siempre seremos un equipo! Te prometo que siempre estaré a tu lado, tanto en retos como en risas."

Desde ese día, Frentoncito y Cachetillos aprendieron que la amistad es un tesoro que no se debe dar por sentado y que los lazos que los unían siempre serían más fuertes que cualquier aventura que pudieran enfrentar. Juntos podrían conquistar el mundo, un día a la vez, siempre reconociendo la importancia de decir lo que sienten.

Y así, en cada encuentro, el amor y la amistad florecieron en sus corazones, convirtiéndolos en el mejor equipo que la ciudad de Rincón jamás había conocido.

FIN.

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