Amistad en Movimiento



Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Amistad, dos mejores amigas llamadas Sofía y Valentina. Desde que eran muy pequeñas, siempre estaban juntas, compartiendo risas, aventuras y secretos. Eran inseparables.

Un día, mientras jugaban en el parque, Sofía llevaba puesto un collar de la amistad que le había regalado Valentina. Era un collar especial con un corazón dividido en dos partes iguales; una parte para Sofía y otra para Valentina.

De repente, apareció una niña nueva en el pueblo llamada Camila. Tenía el cabello largo y rizado y unos ojos brillantes como las estrellas. Camila se acercó tímidamente a las chicas y les preguntó si podían ser sus amigas.

Sofía miró a Valentina con preocupación. No sabían cómo reaccionar ante esta situación inesperada. Ambas querían ser buenas personas y hacer nuevos amigos, pero también temían que su amistad se viera afectada.

Valentina tomó la decisión valiente de darle la bienvenida a Camila al grupo de amigos. Le sonrió cálidamente y dijo: "¡Claro que sí! Serás nuestra nueva mejor amiga". Camila estaba emocionada por tener nuevas amigas tan maravillosas como Sofía y Valentina.

Juntas comenzaron a explorar el pueblo, construyendo castillos de arena en la playa, jugando al escondite entre los árboles del bosque e imaginando mundos mágicos llenos de aventuras. A medida que pasaba el tiempo, las tres niñas se volvieron inseparables.

Se apoyaban mutuamente, se divertían juntas y se cuidaban como verdaderas hermanas. Pero un día, algo inesperado sucedió. Camila tuvo que mudarse a otra ciudad debido al trabajo de su papá.

Sofía y Valentina sintieron un gran vacío en sus corazones cuando se enteraron de la noticia. Sabían que extrañarían mucho a su mejor amiga. Pasaron los días y las niñas mantuvieron contacto por teléfono y cartas. Aunque no estaban físicamente juntas, su amistad seguía siendo fuerte.

Se contaban todo sobre sus nuevas aventuras y prometieron visitarse tan pronto como fuera posible. Un año después, Camila regresó a Villa Amistad para pasar las vacaciones con Sofía y Valentina.

Las tres se reunieron en el parque donde habían jugado por primera vez juntas. A medida que caminaban por el parque, recordaron todas las risas compartidas, los secretos guardados bajo el árbol mágico y los sueños que habían construido juntas.

La amistad entre ellas había superado la distancia y había crecido aún más fuerte. En ese momento, Sofía sacó el collar de la amistad del bolsillo de su vestido y lo colocó sobre el cuello de Camila.

"Mejor amiga", dijo con una sonrisa tierna mientras abrazaba a Camila, "nunca me dejes". Valentina también se acercó a ellas dos con lágrimas felices en sus ojos: "Nuestra amistad es eterna", afirmó mientras abría sus brazos para unirse al abrazo grupal.

Desde aquel día en adelante, las tres amigas siguieron compartiendo aventuras, risas y secretos. Aprendieron que la verdadera amistad puede superar cualquier obstáculo y que siempre estarían allí una para la otra.

Y así, Sofía, Valentina y Camila demostraron al mundo que cuando tienes una mejor amiga como ellas, nunca te sientes sola. La amistad verdadera es un regalo maravilloso que debemos cuidar y valorar siempre.

FIN.

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