Benjamín, el sabio buho del bosque



Había una vez en el bosque de pinos un buho llamado Benjamín, que vivía junto a su familia en un hermoso nido en lo alto de un árbol.

Benjamín era un buho muy sabio y siempre estaba dispuesto a ayudar a los demás animales del bosque. Una tarde soleada, Benjamín y su familia estaban disfrutando de una deliciosa comida alrededor de una mesa hecha con ramas y hojas.

Habían cazado varios ratones y recolectado frutas frescas para compartir en familia. "¡Qué rico está todo esto!" exclamó la mamá buho mientras daba cuenta de un jugoso ratón. "Sí, mamá, gracias por enseñarnos a cazar tan bien", dijo la pequeña buhita, llamada Luna. "De nada, hijita.

Es importante saber cómo conseguir nuestra comida en el bosque", respondió la mamá con cariño. Mientras comían y charlaban animadamente, de repente escucharon unos ruidos extraños provenientes del otro lado del claro donde se encontraba su nido.

Benjamín frunció el ceño y levantó la mirada hacia las copas de los árboles cercanos. "¿Qué será eso?" preguntó preocupado. "No lo sé, papá. ¿Deberíamos ir a investigar?" propuso Luna con valentía.

"Sí, pero primero terminemos de comer para tener energías", decidió Benjamín. Una vez que terminaron su comida, la familia buho se preparó para descubrir qué estaba pasando en el bosque.

Volaron sigilosamente hacia donde provenían los ruidos misteriosos y vieron a un grupo de ardillas discutiendo acaloradamente cerca de un tronco caído. Benjamín se acercó con calma y les preguntó qué ocurría. Las ardillas explicaron que estaban peleando por quién se quedaría con las nueces que habían encontrado esparcidas cerca del tronco.

El sabio buho escuchó atentamente a las ardillas y luego les dio un consejo:"En lugar de pelear entre ustedes, ¿por qué no comparten las nueces? Así todos podrán disfrutarlas sin problemas.

"Las ardillas se miraron sorprendidas al principio, pero luego asintieron con gratitud ante la sabia sugerencia de Benjamín. Así fue como aquella tarde todos los animales del bosque pudieron disfrutar juntos de una gran fiesta compartiendo sus alimentos y aprendiendo la valiosa lección de trabajar en equipo y ser generosos unos con otros.

Desde entonces, cada vez que alguien necesitaba ayuda o había algún problema en el bosque, recurrían al consejo del sabio buho Benjamín, quien siempre tenía las palabras justas para guiarlos por el camino correcto hacia la armonía y la amistad entre todos los habitantes del bosque.

Y colorín colorado este cuento ha terminado.

FIN.

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