Campeones del Corazón
En la Escuela Primaria "Los Pumitas", se acercaba una de las jornadas deportivas más esperadas del año: el Torneo Interescolar de Fútbol.
Los alumnos estaban emocionados, ya que era una oportunidad para demostrar sus habilidades en la cancha y también para fortalecer el compañerismo, el respeto y el trabajo en equipo.
El equipo de Los Pumitas estaba formado por cinco chicos muy diferentes entre sí: Martín, un excelente delantero con mucha velocidad; Juan, un defensor fuerte y valiente; Sofía, la única chica del equipo, hábil con el balón; Diego, un mediocampista creativo; y Tomás, el arquero ágil y seguro. El primer partido del torneo fue contra la Escuela San Martín.
El partido estaba empatado 2-2 cuando faltaban solo cinco minutos para que terminara. Los Pumitas necesitaban un gol para ganar. Martín tenía la pelota en los pies y se preparaba para disparar al arco rival cuando Juan le pidió que le pasara la pelota.
"¡Martín, acá! ¡Pásamela!" -gritó Juan mientras corría hacia el área contraria. Martín confió en su compañero y le dio un pase preciso a Juan.
Este controló la pelota con maestría, esquivó a dos defensores rivales y anotó un golazo que desató la euforia en su equipo. Los Pumitas ganaron 3-2 gracias al trabajo en equipo y al compañerismo demostrado en ese momento crucial. El siguiente partido era contra la Escuela Belgrano, uno de los favoritos del torneo.
Durante el encuentro, los chicos de Los Pumitas demostraron una gran actitud positiva incluso cuando iban perdiendo por dos goles. En lugar de rendirse, se apoyaron mutuamente e hicieron ajustes tácticos para intentar remontar el marcador.
Diego ideó una estrategia sorpresa que consistía en un tiro libre indirecto cerca del área rival. Sofía se encargaría de tocar sutilmente la pelota para habilitar a Martín, quien llegaría desde atrás para rematar al arco.
El plan salió a la perfección y Los Pumitas marcaron dos goles rápidos que empataron el partido. Con el marcador igualado 2-2 y solo un minuto restante en el reloj, Tomás hizo una atajada espectacular que salvó a su equipo de recibir un gol en contra.
El árbitro pitó finalizando así este emocionante encuentro.
Al finalizar el torneo inter-escolar de fútbol, aunque no lograron llevarse la copa, los chicos comprendieron que lo más importante no era ganar a toda costa sino valorar las amistades, el trabajo duro, la dedicación, el respeto mutuo. Y esas lecciones aprendidas les servirían no solo dentro del campo de juego sino también fuera de él. Los chicos entendieron que juntos podían lograr grandes cosas si trabajaban como verdadero equipo.
Desde entonces, en cada jornada deportiva o desafío escolar, Los Pumitas siempre recordaban aquel torneo donde descubrieron lo poderoso que puede ser trabajar juntos hacia un objetivo común.
Y así,con esa mentalidad positiva basada en valores sólidos como compañerismo, respeto, trabajo duro y espíritu deportivo siguieron creciendo tanto dentro como fuera del campo.
FIN.